15 de abril de 2011

Aves - Tero (Vanellus chilensi)

CLASE: Aves - ORDEN: Charadriiformes - FAMILIA: Charadriidae - GENERO Y ESPECIE: Vanellus chilensi

Ave nativa de América del Sur, es muy común en muchas zonas de Bolivia, Colombia, Brasil, Paraguay, el Perú, Chile y en las llanuras de Argentina y Uruguay.Se distinguen por su grito particular, con el que parecen decir "teru-teru" y al cuál deben su nombre.



Su aspecto general es el de un ave pequeña, de colores poco llamativos pero muy elegante y estilizada, coronado por un pequeño y fino copete.

Es una pequeña zancuda de 30 a 35 cm de largo. Su plumaje es negro con mezcla de blanco (debajo del cuerpo), gris y pardo. También presenta algunas pequeñas tonalidades violáceas en la zona del ala. La cola es de tamaño medio. Su cabeza es de color gris con rebordes blancos cerca del ojo y el pico. El pico es corto y de color rojo, salvo la punta que es negra. Los ojos son de color rojo intenso y redondo.





Las patas del tero son largas y finas, de color rojo. Los dedos son tres hacia adelante y uno muy corto hacia atrás. Aunque en días de mucho calor o cuando se encuentra atemorizado repliega completamente sus patas, lo más habitual es verlo descansando apoyándose en una de ellas, mientras que la otra queda pegada al cuerpo. También suele quedar quieto doblando sus patas hacia atrás. Es muy cómico, pues cuando camina o está quieto, hace "agachadas" clásicas aún sin explicación.

Como herramienta de combate tiene debajo de sus alas unos pequeños espolones de color rojo, que usa en vuelos rasantes para amedrentar a sus enemigos o cuando combate contra aves rapaces.





Aunque habita en descampados e incluso en ámbitos urbanos, su presencia es más usual en las cercanías de lagunas y cañadas. También suele vérselo como mascota en los jardines, por sus movimientos simpáticos, alimentación a base de insectos y carácter muy despierto que hace que algunos lo utilicen como señal de alerta.





Se alimentan de insectos pequeños, aunque también comen carne cruda (Es un aliado del hombre en el control de plagas agrícolas) Por este motivo el cuidado durante su cautiverio en un patio es muy sencillo, ya que pasan la mayor parte del tiempo buscando insectos entre las hierbas, mientras que la carne es como un refuerzo.

Como la mayoría de las aves, no es conveniente tenerlo en pisos, ya que defecan constantemente gotas blancas de tamaño medio. Aunque su sitio preferido es junto a espejos de agua, su alimentación consiste básicamente en insectos terrestres. Para cazar hacen una pequeña carrera de dos o tres pasos, se detienen y emiten un picotazo hacia adelante. Otra técnica que utilizan es revolver la tierra con sus patas para poder sentir las lombrices debajo de ella, las que luego extrae con el pico.





Por lo general andan en bandadas, y son muy cuidadosos de sus pichones. Hacen sus nidos en el campo abierto, razón por la cual son muy sensibles ante cualquier ruido o movimiento extraño. Al alarmarse emiten su grito característico, estridente y repetido; este sonido es casi una constante en las zonas rurales del centro y norte de la Argentina. Quienes confían en su actitud como alarmas, aseguran que son excelentes guardianes acompañados de un perro, ya que alertan a estos con sus gritos y producen sonidos diferentes según la especie del intruso.





Es muy astuto en el cuidado de su nido, pues ante la presencia de un intruso teatraliza la situación echándose como si estuviera empollando, pero en otro lado, para que el visitante se dirija hacia él.

En algunas ocasiones hace vuelos cortos alejándose de su nido con la apariencia de no poder volar bien, como si estuviera herido, repitiéndolo varias veces cada vez más lejos hasta que pase el peligro. Muchas veces hace vuelos rasantes sobre el intruso, incluso rozándolo con sus espolones expuestos. En el caso de aves de rapiña o felinos (incluidos los gatos domésticos) se trenza en peleas con ellos, y en ocasiones suele alejarlos.

Los teros realizan viajes cortos, y no suelen abandonar su sitio original. Un comportamiento peculiar son las "visitas" que se realizan entre parejas que habitan territorios contiguos.





El nido: es un pequeño hoyo en el descampado apenas delimitado por ramitas y hierbas, y son muy difíciles de notar. Ponen sus huevos a finales del invierno, y la misma pareja puede poner varias veces durante el año. Los huevos se incuban durante 26 días. El color es gris verdoso con manchitas oscuras.

Una vez nacidos los pichones, padre y madre se ocupan del cuidado de los críos. Sin embargo, en los últimos años las observaciones de campo han planteado la posibilidad de que algunos teros desarrollen un comportamiento poligínico, es decir que haya más de una hembra por cada macho.

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