29 de julio de 2011

Aves - Abubilla (Upupa epops)

CLASE: Aves
ORDEN: Coraciiformes
FAMILIA: Upupidae
GENERO Y ESPECIE: Upupa epops

Pertenece al mismo grupo que el martín pescador, los abejarucos y las carracas.

La abubilla recibe diversos nombres según las regiones. En Aragón (España) se la conoce popularmente con el nombre de gurgute. En Canarias (España) como apupu o tabobo. En la Comunidad Valenciana se denomina palput y se le asocia al pene masculino. En Galicia recibe el nombre de bubela. En Murcia se le conoce con el nombre de parputa. En Cataluña y Baleares se como puput.


Es un pájaro insectívoro de plumaje pardo rosado, con las alas y la cola listadas de blanco y negro. Está dotado en la cabeza de un penacho de plumas eréctiles como un abanico, pero casi siempre lo mantiene cerrado. Miden de 25 a 29 cm de largo, con 44 a 48 cm de envergadura de alas. Son inconfundibles, especialmente por el vuelo errático que es como el de una mariposa gigante.

Camina por el suelo como un estornino. Su canto es un trisilábico “up-up-up”, el cual le da origen a su nombre científico. Tienen un olor peculiar y desagradable.


Su hábitat es el campo abierto, cultivado, con pastos bajos o con parches desnudos. Pasan mucho tiempo en el suelo cazando insectos, y larvas, también suele escarbar en el estiércol en su búsqueda. Es un depredador natural de la procesionaria del pino.


Su nido es una cavidad en un árbol o en un muro. Como en el de su pariente el martín pescador, tiende a contener copiosas cantidades de heces y huelen muy mal, lo que sirve de protección contra depredadores. Las abubillas hembras que anidan, cuando son asustadas por un intruso son capaces de dispararle a chorros un líquido oleosa pestilente que produce en una glándula situada en la base de la cola. Tanto el ave como su nido suelen estar tan sucios que pueden ser localizados por el fétido olor que despiden.


LEEMOS SOBRE LA ABUBILLA
El sol todavía no asomó en el horizonte, pero una débil claridad comienza ya a difundirse por las colinas del bosque europeo. Encaramada en una rama, con la cresta echada sobre la nuca, la abubilla despierta siempre inquieta.

Su ciclo diurno de actividad está bien sincronizado, de alguna manera, con el movimiento de los astros. En otras palabras, el ave parece sentir que el día se aproxima, y que ha llegado la hora de despertarse.


Finalmente, sus ojos se abren y la cresta de plumas se eriza. Bate las alas y desciende a tierra en un vuelo corto y rápido. Cerca de allí, un ratón asustado corre en busca de refugio. Pero no lo necesita; la abubilla jamás ataca a un mamífero. Pareciera que no siente ninguna atracción por el sabor de la carne caliente de los roedores. A lo sumo caza pequeños reptiles, como lagartijas y víboras de poco tamaño.

Gustan de terrenos abiertos y cazan insectos en el suelo, además de gusanos. Pero hay una curiosidad; hasta hoy nadie vio jamás beber agua a una abubilla.


Aunque es capaz de volar con destreza, la abubilla pasa la mayor parte del tiempo en el suelo, donde encuentra con profusión los insectos y larvas con que se alimenta. Escarba el suelo con su largo pico en busca de lombrices.

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