ORDEN: Falconiformes
FAMILIA: Acipítridos
GENERO Y ESPECIE: Gyps fulvus
Especie de ave accipitriforme de la familia Accipitridae. Es una de las mayores rapaces que puede encontrarse en la península Ibérica, superando en envergadura (hasta 260 cm) incluso al águila imperial ibérica.
En la base del cuello se encuentran una serie de largas plumas blancas y leonadas, a modo de gorguera. En el dorso, parte anterior de las alas y vientre, el plumje es de color canela. En el resto del cuerpo el plumaje es pardo oscuro.
El pico, pardo por arriba y amarillo en los bordes, es ganchudo y arranca largas tiras de carne con facilidad. Las patas son grises y bastante débiles, pues no necesitan capturar presas como las de las águilas y halcones.
LEEMOS SOBRE EL BUITRE LEONADO
Sus anchas alas no se prestan para un rápido revoloteo, como el de los pequeños pájaros. En cada movimiento, el ave desplaza enormes masas de aire, y ese esfuerzo agotaría sus energías en poco tiempo.
Como ocurre con la mayoría de las grandes aves, el buitre concentra su habilidad aérea en largos vuelos. Es capaz hasta de ganar altura sin mover las alas. Le basta con orientar el vuelo en círculos, que acompañan a las grandes espirales de aire caliente, que sube de la tierra.
En esos invisibles resortes de las corrientes térmicas, que se extienden hacia arriba, la sustentación del vuelo es más prolongada y mucho menos fatigosa.
Desde la altura en que se sitúa, su vista abarca un vastísimo panorama, y su agudeza le permite localizar carroña a muchos kilómetros de distancia.
Cuando descubre el cadáver de algún animal, el buitre desciende sin prisa. No necesita abalanzarse desde lo alto, en la vertiginosa picada de las águilas, ya que su presa no podrá escapar. Así, lentamente, el buitre va bajando, bajando, hasta posarse cerca, muy suave, y con mucha cautela.
En tierra, no ataca de inmediato, por más hambriento que esté. Examina antes la presa dando rodeos, cada vez más cercano. Finalmente se resuelve a comer. Picotea la piel del animal muerto, y la va arrancando en pequeñas tiras.
Entonces, otros buitres de su bandada se le unen y participan del festín. Luego de comer la piel, abren la panza del animal y comienzan a devorar los intestinos y otras vísceras. Parece que prefieren esa carne fláccida, tal vez por la mayor facilidad para cortarla.
Solo cuando ya no quedan más vísceras, atacan la musculatura. Pero llega un momento en que también la carne se termina. Si la bandada no está saciada, la comilona continúa, en una alborotada repartija de huesos.
Al igual que el quebrantahuesos, el buitre europeo o leonado también digiere huesos, sin ninguna dificultad.
Después de comer, el buitre siempre permanece algún tiempo en el mismo lugar, porque la digestión de la abundante comida entorpece sus movimientos. En otras circunstancias, empero, el ave es bastante veloz y ágil. Alcanza en vuelo una velocidad de 50 kilómetros por hora.
En tierra es muy difícil que un hombre le dé alcance, dado lo rápida que es su carrera. Y si lo llegara a alcanzar, es muy probable que se arrepentiría pronto, pues el buitre europeo es un ave feroz, capaz de atacar a las personas con peligrosos picotazos, además de las heridas y desgarramientos que puede causar.
A partir de fines de diciembre, y durante dos meses, a época de celo excita a los buitres europeos. A gran altura, entre los picos desolados de la montaña, machos y hembras ejecutan largos vuelos en parejas, tan próximos que hasta se llegan a tocar.
Con hierbas secas, ramitas y musgos, cada pareja hace su nido, en lugar inaccesibles de las montañas. La hembra pone un solo huevo, de 9 por 7 centímetros, que será empollado por ella y el macho durante unnos cincuenta días. Al nacer, el polluelo tiene plumón blanco.
Para poder librarse de los piojos y otros parásitos, el buitre se restriega las plumas con el pico y luego se para al sol, con las alas abiertas y extendidas.
Luego de comer hasta saciarse, los buitres tienen que superar el problema de levantar vuelo. A pesar de su gran tamaño -más de un metro de largo y 2,80 metros de envergadura-, el ave pesa solo unos siete kilogramos.
Claro que aumenta peligrosamente de peso después de una comida abundante. Para los más golosos, resulta inútil toda tentativa de levantar vuelo directamente desde el suelo. Necesita situarse al borde de un abismo, y lanzarse desde allí, planeando.
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ResponderEliminarMuchas gracias Manuel. Saludos.
ResponderEliminarBonitas fotografias.
ResponderEliminarCreo que es el animal que más me llama la atención y mas me gusta, a raiz de este animal comenzó mi interes por la fotografia.
Gracias Ricardo Javier. El buitre es nuestro emblema. slds
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