6 de octubre de 2011

Serpientes - Víbora europea (Vipera berus)

CLASE: Reptiles
ORDEN: Escamados
FAMILIA: Vipéridos
GENERO Y ESPECIE: Vipera berus

La víbora común europea (Vipera berus) de carácter asutadizo, no ataca si no es molestada o acorralada. Posee un veneno muy activo que en ocasiones puede llegar a ser mortal. En caso de mordedura es imprescindible acudir a un médico para la aplicación de un suero antiofídico.


Es una especie de amplia distribución en Europa y Asia.
Aparece desde el sur de Escandinavia y la región del Báltico a Francia y Gran Bretaña (ausente en Irlanda), y hacia el este a través de Europa (excepto la península ibérica, la península de Italia y la mayor parte de Grecia) llegando a Rusia, norte de la península de Corea y el noroeste de China.

LEEMOS SOBRE LA VIBORA EUROPEA
Un pollito de faisán se aparta de la madre y de los hermanos, que van, como él, picoteando la tierra, en busca de larvas y lombrices. De pronto, de un escondite en el matorral, surge disparado el cuerpo ágil de una víbora, que pica al polluelo y rapidamente se repliega.

El pequeño faisán trata de mover alas y patas, en un tardío intento de fuga, pero su esfuerzo, bajo el efecto del veneno, no es más que un temblor descontrolado. Apenas cae, en medio de esas convulsiones, la serpiente vuelve a morderlo, esta vez para enguillirlo. En poco minutos, lo único que queda de él es una protuberancia en medio del cuerpo de la víbora, que ya está digiriéndolo.


Esa misma técnica de caza emplea la víbora con los lagartos y roedores pequeños. Como promedio, la víbora tiene un largo de poco más de medio metro, aunque algunas variedades llegan al metro y medio. Contra animales de porte mayor, el ataque es más peligroso; especialmente con tejones y aves rapaces.


Algunos de ellos son inmunes al veneno. El erizo, por su parte, siempre resulta vencedor, porque posee púas.


Las crías de víbora ya están completamente formadas cuando la madre expele los diez o doce huevos, y en ocasiones hasta veinte. Abandonan el huevo ya activas y provistas de veneno, preparadas para cazar.


El veneno de la víbora común tiene efecto fulminante sobre pequeños animales, como ratas y lauchas. Pero es raro que una sola mordida pueda matar a una persona. Paralizada, la presa es engullida por la cabeza.


Cuando se avecina el invierno, la víbora se refugia en una cueva abandonada o en cualquier agujero del terreno. Allí pasará el invierno aletargada, tal vez acompañada por una víbora de cristal o un sapo.


Con la llegada de la primavera, se desvanece el sopor de la hibernación, y los machos salen inquietos en busca de compañeras.



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