30 de marzo de 2011

Impala (Aepyceros melampus)

CLASE: Mamíferos -- ORDEN: Artiodáctilos -- FAMILIA: Bóvidos -- GENERO Y ESPECIE: Aepyceros melampus. La palabra «impala» viene del zulú. Su nombre científico, Aepyceros melampus, deriva del griego aipos: alto, keras: cuerno, melas: negro y pus: pie, significando pies negros de cuernos altos.

Este esbelto animal es famoso por sus grandes saltos que pueden llegar a más de 10 m de longitud. Tiene una altura de hombro de 90 cm y un peso de 40 kg (hembra) a 65 kg (macho). Por arriba es de color marrón claro. El vientre, el pecho, el cuello y la barbilla tiene un color blanco. En los cuartos traseros posee una línea vertical oscura y un penacho de pelo negro en las patas posteriores, por encima de las pezuñas. La cabeza es grácil, los ojos grandes y las orejas delgadas y afiladas. Los machos son los que llevan cuernos, que pueden llegar a medir hasta 90 cm de largo.



El área de distribución se extiende desde Kenia y Uganda vía Tanzania, Zambia, Mozambique y Zimbabue hasta Botsuana y en una población aislada en el sur de Angola y norte de Namibia.



El impala come hierbas, hojas y semillas. Vive en bosques poco densos y en la sabana salpicada de árboles. Este animal, en lugar de quedarse en campo abierto, como lo hacen la mayoría de los antílopes que pastan, corre a ponerse a cubierto ante cualquier amenaza. En las épocas de hambruna, es frecuente ver a los impalas seguir a las tropas de papiones para alimentarse de las hojas y frutos que estos tiran. También los elefantes son seguidos, ya que al agitar los árboles para conseguir sus frutos, los paquidermos se dejan muchos sin recoger y es cuando aprovecha.



Durante la temporada de reproducción, por regla general, un macho de los impalas vigila un grupo de hembras, caminando de un lado a otro, exponiendo sus cuernos, con las orejas tiesas y el rabo levantado. En la lucha de los machos por su harén ninguno se da por vencido. Incrustan sus cuernos, se empujan hacia delante y hacia atrás, se separan y comienzan de nuevo con la última fase hasta que uno de los dos animales se riende. Los combates entre impalas no suelen producirles heridas.



Las hembras viven con su cría en manadas de diez a cien animales. Es frecuente en la época de partos, ver a varias crías reunidas con un número muy pequeño de hembras. Estos grupos se conocen como manadas de guardería. Unas pocas hembras vigilan a las crías mientras que las demás pastan. Aparte de estos grupos también se forman manadas de machos jóvenes y mayores, que son demasiado débiles para defender un territorio. Los machos de mediana edad son solitarios territoriales y exigen cada una de las hembras que pase por su territorio para sí. El impala es el animal que menos duerme en el Reino Animal, apenas 3 horas es su descanso y suele tener una especie de alarma, la cual le determina por ejemplo a que hora debe levantarse.



Señales de alarma. Para alertar a sus demás congéneres de la presencia de un depredador o de cualquier otro peligro, los impalas emplean una serie de señales visuales, acústicas y olfativas. Las señales visuales son las más conocidas de estos animales. La parte inferior de su cola es de un color blanco inmaculado.


Cuando están alertas, alzan la cola mientras van dando una serie de saltos. El color blanco de esta se puede divisar a varios metros de distancia, alertando a los demás animales de los alrededores. Las señales acústicas comprenden una serie de resoplidos, que recuerdan al disparo de un rifle. Cuando el depredador ha sido identificado, estos resoplidos resuenan por toda la sabana. Por último, tenemos las señales olfativas. Estas son las menos conocidas.


Las glándulas que los impalas portan en las patas, sueltan unas feromonas que indican la presencia de un depredador. Es probable que sea esta la razón por la cual los impalas saltan dando "coces" al aire, como si estuviesen en una mecedora flotante. Al saltar de esta manera, consiguen que el olor se vaya expandiendo por las zonas de alrededor alertando a la manada y al resto de animales de la presencia de un depredador. Esta cualidad puede ser debida a la costumbre que este antílope tiene de vivir en zonas arboladas y de vegetación espesa, donde las señales visuales de poco sirven.




Principales depredadores. El impala es un antílope que debe estar en constante alerta ya que es una pieza clave en el menú de cualquier carnívoro de gran tamaño. Sus principales depredadores son el leopardo, el guepardo, el licaón, el cocodrilo y la pitón. Los leones también cazan impalas frecuentemente pero sobre todo durante las épocas secas, cuando presas más substanciosas (ñues y cebras) migran a otras zonas. Las crías no solo tienen estos depredadores, sino también papiones, chacales, hienas, águilas, caracales y rateles.




LEEEMOS SOBRE EL IMPALA

Puede tratarse de una señal de los machos más viejos y experimentados, apostados en la periferia de la manada. O del chillido de un babuino asustado. Sea lo que fuere, cuando suena la alarma, decenas y decenas de impalas se lanzan a la fuga en desordenada carrera. Es entonces cuando exhiben toda la la velocidad y agilidad que caracteriza a la especie. En su salto, el impala puede alcanzar los tres metros de altura y hasta 10 metros de extensión.






A pesar de contar con grandes cuernos en forma de lira (exclusivos de los machos adultos), la fuga es su recurso defensivo más eficaz. Herbívoros ariscos y tímidos, los impalas son cazados por casi todos los grandes carnívoros de la sabana y de la selva, principalmente en Africa Oriental.




Los impalas conviven en paz con muchos animales: pájaros que les extraen los parásitos del pelaje, y babuinos que los ayudan a vigilar a sus enemigos. Al aproximarse al abrevadero, el jefe de la manada marcha delente, cautelosamente, para explorar el terreno. Pero su hábito de ir a beber dos veces por día lo expone inevitablemene al ataque de los carnívoros, ente ellos los leones. Al verse sorprendidos por la leona, la manada se dispersa precipitadamente. Durante algunos segundos, la confusión es tan grande que la fiera no sabe a cual de las presas pereguir. A veces esa indecisión les permite ponerse a salvo.

El guepardo o chita es un enemigo mucho más peligroso que la leona. Después de escoger a su presa, no se deja distraer por ninguna otra durante la persecución. Además, le da alcance con mucha facilidad, ya que el impala puede correr a un máximo de 80 kms por hora mientras que el guepardo alcanza los 110 kms por hora. Después de que la leona ha hecho su trabajo, el macho se dispone a disfrutar de su almuerzo.
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