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CLASE: Mamífero
ORDEN: Perissodactyla
FAMILIA: Equidae
GENERO y ESPECIE: Equus ferus
El caballo es un mamífero perisodáctilo de la familia de los équidos, herbívoro, cuadrúpedo y de cuello largo y arqueado.
A la hembra del caballo se le llama yegua y a las crías potros si son machos, y potrancas si son hembras. La cría y utilización del caballo por parte del hombre se conoce como ganadería equina o caballar, y su domesticación se remonta al menos a la Edad del Bronce.
El término latino para denominar al caballo era equus, mientras que caballus, que derivó en la palabra «caballo», es un término del latín tardío, posiblemente de origen celta, que significa «caballo castrado» «Yegua» procede del femenino de equus, «equa». A los animales jóvenes en general se les denominaba pullus, textualmente «pollos», que originó una palabra en latín vulgar pulliter, pullitri que derivaría en «potro» o «potrillo».
Los caballos se clasifican dentro del orden de los perisodáctilos, perteneciendo a la familia de los équidos, a la que también pertenecen los asnos (Equus africanus), el onagro o el kulán (Equus hemionus), el kiang (Equus kiang) y las cebras, en la que están estrechamente emparentados al pertenecer todos al único género superviviente, Equus.
La evolución del caballo puede seguirse a través del registro fósil hasta llegar a Hyracotherium (también llamado Eohippus), un pequeño mamífero herbívoro que vivió durante el Eoceno, hace 55 millones de años, en América del Norte. Se supone que de él descienden todos los équidos posteriores, incluido el género Equus.
Hyracotherium tenía un tamaño que oscilaba entre los 20 y los 40 cm de altura, con cuatro dedos en las extremidades anteriores y tres en las posteriores terminando cada uno en una uña (no en un casco, como las especies actuales). A primera vista era similar a un perro pequeño.
La evolución posterior de Hyracotherium le hizo aumentar su altura hasta los 115 cm y perder sus dedos hasta hacerse monodáctilo, es decir, con un solo dedo. Poco a poco, su único dedo se endurecería hasta desarrollar cascos para poder huir de los depredadores.
El caballo moderno, es decir, el género Equus, apareció hace 5 millones de años.
En el pleistoceno, hace unos 15.000 años, el género Equus extendió su área de distribución desde Norteamérica a Eurasia y África cruzando el puente de Beringia. Hace unos 10.000 años los caballos se extinguieron en Norteamérica, por causas aún desconocidas, quizá por algún cataclismo climático que modificó los ecosistemas americanos.
Diversos hallazgos en cuevas de Europa indican que el caballo era un animal muy abundante durante la edad de piedra en dicho continente; se han encontrado suficientes restos de esqueletos de caballos dentro y en los alrededores de estas cuevas como para afirmar que eran consumidos por el ser humano. El número de caballos disminuyó en el neolítico, cuando Europa estaba cubierta por bosques en su mayor parte.
Se han encontrado restos de la edad del bronce, embocaduras y piezas de arneses, que demuestran que el caballo ya estaba domesticado en esta época. Esta domesticación siglos más tarde permitió, tras el descubrimiento de América, que los caballos fueran re introducidos por los conquistadores españoles en el continente que los vio surgir.
Porte
La altura de los caballos, como en los demás cuadrúpedos, se mide hasta la cruz, donde encuentran las escápulas, es decir el punto donde se une el cuello con la espalda en el caballo. Se elige como referencia este punto por ser una altura estable que no puede subir o bajar como la cabeza o el cuello.
El tamaño de los caballos varía considerablemente entre las distintas razas, y también está influida por la nutrición. Según su porte las razas de caballo suelen dividirse en tres grupos:
• pesados o de tiro;
• ligeros o de silla;
• ponis y razas miniatura.
La altura de los caballos de silla o ligeros suele oscilar entre 142 y 163 cm y su peso oscila entre 380 y 550 kilogramos. Los caballos de silla más grandes tienen una altura a partir de 157 cm y llegan hasta 173 cm, pesando alrededor de 500 a 600 kg. Las razas de tiro o pesadas miden generalmente de 163 a 183 cm y pueden pesar entre 700 a 1000.
El tamaño de las distintas razas de caballos pueden variar considerablemente
El ejemplar de caballo más grande registrado en la historia se llamaba Mammoth, probablemente era un shire, que nació en 1848. Medía 220 cm y se estima que llegó a pesar 1500 kg. El caballo que actualmente ostenta la marca de menor altura se llama Thumbelina, es una yegua miniatura adulta afectada de enanismo. Mide 43 cm de alto y pesa 27 kg.
Estructura ósea
Un caballo tiene 205 huesos. Su columna vertebral está compuesta por 51 vértebras. Una diferencia importante entre el esqueleto del caballo y el humano es que carece de clavículas, los miembros anteriores se unen a la columna mediante poderosos músculos, tendones y ligamentos que sujetan las escapulas. Las patas y los cascos de los caballos también son estructuras únicas.
La disposición y proporciones de los huesos de sus patas son muy diferentes a los humanos. Por ejemplo, la parte del cuerpo llamada «rodilla» en los caballos en realidad está formada por los huesos del carpo, que corresponden con la muñeca humana. Mientras que el corvejón contiene huesos equivalentes al tobillo humano. Los huesos inferiores de la pata del caballo corresponden con los huesos de la mano o el pie humanos, y los denominados menudillos del caballo son los huesos sesamoides entre la caña (un único hueso equivalente al metacarpo) y las falanges proximales de los dedos, es decir los nudillos humanos.
En las extremidades delanteras, el cúbito y radio se han fusionado dando lugar a un único hueso, al igual que ha sucedido con la tibia y el peroné lo que impide que pueda girar lateralmente las manos y pies. Además un caballo no tiene músculos en sus patas por debajo de las rodillas y corvejones, sólo tiene piel, tendones, ligamentos, cartílago y huesos, y un tejido corneo especializado para absorber impactos que forma los cascos.
Todas estas diferencias son adaptaciones de sus extremidades a la carrera, como la reducción del número de dedos de las extremidades a uno solo rodeado de un material córneo llamado casco.
Los huesos de la cabeza del caballo son largos, y los de la cara tienen el doble de longitud que los del cráneo. La mandíbula también es larga y posee una superficie ancha y aplanada en la parte inferior de la zona posterior.
Cascos
Los cascos son fundamentales para la estructura de las patas de los caballos. Los cascos de los caballos en las falanges distales, el equivalente a las puntas de los dedos en los humanos, en el interior están recubiertas de cartílago y otras tejidos blandos especializados ricos en sangre como el tejido laminar. El exterior de los cascos está formado por un tejido corneo similar al de las uñas de los humanos.
El resultado final es que un caballo que pesa una media de 500, es capaz de desplazarse sobre los mismos huesos que cuando un humano va de puntillas.
La razón por la que a los caballos se les ponen herraduras es debido a que en cautividad desgastan más rápidamente los cascos por la dureza del pavimento y por el sobre peso que llevan que en libertad desplazándose por la tierra. Los cascos crecen continuamente y en estado natural se desgastan solos pero necesitan ser recortados cada cinco o seis semanas en los caballos herrados.
Los caballos han adaptado sus dientes para pastar hierba. Tienen un mínimo de 36 dientes (12 incisivos y 24 molares). Un caballo adulto tiene 12 incisivos, adaptados para morder y arrancar la hierba y demás vegetación, en la parte frontal de la boca. Tienen 24 dientes adaptados a masticar, los premolares y molares, en la parte posterior de la boca.
Los machos adultos tienen cuatro dientes adicionales justo tras los incisivos denominados «colmillos» y que no les saldrán hasta que tengan 4 o 5 años de edad.
Algunos caballos, tanto machos como hembras pueden desarrollar de uno a cuatro dientes vestigiales muy pequeños delante de los molares, que generalmente se les quitan porque pueden interferir con el bocado. Este espacio entre incisivos y premolares está vacío y es donde se coloca bocado del arreo del caballo.
Los dientes de los caballos continúan creciendo durante la mayoría de su vida para que puedan pastar correctamente.
Los incisivos presentan distintos patrones de crecimiento y desgaste según las edades de los caballos, además del ángulo que presentan las superficies de mordedura, por lo que pueden ser utilizados para medir de forma aproximada la edad del caballo, aunque la dieta y los cuidados a los que son sometidos varían notablemente en las tasas de desgaste.
Aparato digestivo
Los caballos son herbívoros con un aparato digestivo adaptado a consumir una dieta de hierba y otros materiales vegetales durante la mayor parte del día. En comparación con los humanos tienen un estómago relativamente menor pero unos intestinos mucho más largos que permiten un flujo continuo de nutrientes. Un caballo de 450 kg come entre 7 a 11 kg de comida diariamente, y en condiciones normales bebe de 38 a 45 litros de agua.
Los caballos no son rumiantes, por lo que sólo tienen una cavidad en su estómago, a diferencia de las vacas o las ovejas que tienen cuatro cavidades. Pueden digerir la celulosa de la hierba gracias a que poseen un ciego muy desarrollado, por el que la comida pasa antes de llegar al intestino grueso.
A diferencia de los humanos los caballos no pueden vomitar, por eso los problemas digestivos pueden provocarles cólicos que les pueden ocasionar la muerte.
Marcas
Los caballos muestran una gran variedad de colores de capa y de marcas distintivas, que dan lugar a amplio vocabulario descriptivo especializado. A menudo un caballo se clasifica antes por el color de su capa que por su raza o sexo. Los caballos del mismo color de capa se pueden distinguir por alguna marca blanca distribuida a lo largo de sus cuerpos, que junto a los patrones moteados se heredan de forma independiente de color de la capa.
Se han identificado muchos genes que dan diferentes colores a la capa de los caballos, aunque continúan las investigaciones para identificar los demás factores que dan origen a distintos rasgos. Una de las primeras relaciones genéticas que se entendieron fue la existente entre el color rojizo recesivo y el dominante negro, que está controlado por el receptor de melanocortina .
Otros alelos controlan el moteado, el intercalado de pelos blancos, la supresión o dilución del color, y otros efectos que crean las docenas de posibles colores de capa de los caballos.
Las capas alazana, castaña y negra son los colores equinos básicos. Estos colores son modificados por lo menos diez genes que crean el resto de los colores, incluyendo diluciones como el palomino o los patrones de manchas como los pintos.
No todos los caballos blancos tienen una capa blanca de nacimiento, a menudo los caballos blancos de mediana edad eran caballos grises al nacer. Los grises nacen con un tono más oscuro y se vuelven grises con la edad, y ambos generalmente tienen la piel negra bajo sus capas de pelo blanco (con la excepción de las pieles rosa bajo las marcas blancas). Sólo los caballos que nacen con la capa blanca tienen la piel rosada, algo que es una característica rara.
La capa de un caballo es la coloración general del pelaje. Cuando hablamos de capa a veces hay que diferenciar los colores de la crin y la cola, y si le cambia el color cuando es joven. Las capas principales son las siguientes, si bien hay muchas variaciones de cada una:
• Alazán: crin y cuerpo de tono marrón claro o rojizo, como pelirrojo.
• Albino: no es un verdadero color de capa sino un defecto genético transmisible a la descendencia. Carece de un gen encargado de metabolizar el aminoácido tirosina, cuya cascada de reacciones químicas debe culminar produciendo el pigmento melanina. La falta de melanina produce caballos blancos y de ojos rojos, albinos, que son hipersensibles a la luz. Los caballos con albinismo parcial o total (tobianos parcialmente albinos) no se utilizan como reproductores y se consideran defectuosos.
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Apalusa o appaloosa: existen muchas variedades de esta capa, pero el rasgo común es una zona, que puede ser sólo la grupa o el cuerpo entero, que es moteada. Puede ser manchas blancas sobre fondo castaño, oscuro, etc, o manchas marrones, negras, etc sobre fondo blanco.Pero mas bien que una capa es una RAZA (registrada en el ApHC de los Estados Unidos)con muchisimas variedades de capas y manchas, incluido caballos sin manchas.
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Bayo: blanco amarillento.
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Blanco: es una capa difícil de encontrar; todo el cuerpo debe ser de color blanco, sin ningún otro tono.
• Castaño, mulato o zaino: marrón oscuro, a veces casi negro; crin y cola negras.
• Isabelo: cuerpo de color crema y la crin y la cola de un color más oscuro, pero es distinto a un caballo que posee una capa baya.
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Negro: capa de color negro. Se admiten zonas blancas en pies y cabeza.
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Palomino: marrón muy claro, cola y crin blancas o claras. Esta capa es poco común, pero suele abundar en los caballos cuarto de milla. Al ser difícil de conseguir, tienen un precio más alto que los demás.
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Pía: capa de dos colores, raramente tres, en forma de manchas. Blanco y negro (pío negro); blanco y rojo (pío alazán), etc. También existen numerosos tipos (overo, tobiano, etc).
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Roano: tiene pelos entremezclados de distintos colores que pueden ir desde el alazán hasta el blanco o el negro, con diversos tonos.
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Tordo: no es completamente blanco, sino una mezcla de pelos blancos, grises y negros.
Dependiendo de los tonos oscuros y su distribución, hay diferentes tipos. Nace negro u oscuro y va envejeciendo con el tiempo. Debajo del pelo blanco se puede apreciar que la piel es negra.
Una capa uniforme es aquella que no tiene pelos de otro color.
Comportamiento
En la naturaleza los caballos son presas de los depredadores y por ello tienen fuertes instintos de huida y defensa. Su primera reacción ante una amenaza es asustarse y huir pero también son capaces de defenderse cuando no pueden escapar o cuando se amenaza a sus crías. Suelen ser curiosos, y cuando se asustan suelen investigar un instante sobre la causa de su miedo y no siempre huyen al descubrir que hay peligro.
La mayoría de las razas de silla se han desarrollado por su velocidad, agilidad, resistencia y estado de alerta; cualidades naturales que provienen de sus ancestros salvajes. Aunque por la cría selectiva algunas razas son más dóciles, en especial los caballos de tiro.
Los caballos son animales de manada, con jerarquías claras, liderados por un animal dominante (generalmente una yegua).
Por lo tanto son animales sociales que establecen vínculos de unión con individuos de su propia especie y con otros animales, incluidos los humanos. Se pueden comunicar de varias formas, con vocalizaciones y relinchos de varios tonos, mediante el acicalado mutuo y el lenguaje corporal.
Muchos caballos son difíciles de manejar si se separan del grupo, pero con entrenamiento, aprenden a aceptar la compañía humana, y así se sienten a gusto separados de otros caballos.
Cuando son encerrados sin compañía, y sin recibir ejercicio y estimulación adecuada pueden desarrollar lo que se llama vicios de establo, varios malos hábitos de origen psicológico, entre los que se incluye la masticación de las maderas, dar coces a las paredes, andar hacia delante y atrás entre otros problemas.
El caballo alcanza la madurez sexual a los 4 años. La gestación dura unos 11 meses, y la hembra da a luz una única cría (el nacimiento de gemelos es algo raro como los partos de tres o más potrillos, y se da más en yeguas de edad avanzada).
Los caballos domésticos pueden tener dificultades en el acoplamiento sexual, por lo que en ciertas ocasiones se hace necesario que una persona dirija el pene del caballo a la hora de fecundar a la hembra, a estas personas se las llama mamporreros.
Edad
Tienen una vida media de 25/40 años en cautividad y en libertad viven en torno a los 25 años. La inclinación de los dientes incisivos se incrementa con el tiempo y sirve para determinar la edad del caballo. Es normal que en cualquiera de los casos vivan algo más. La madurez no la alcanzan hasta los 4 años cuando dejan de ser potros (potrancas en el caso de que sean hembras), a esta edad se les comienza a domar y a montar. A los 4 años cuando son considerados caballos adultos, y tienden a tranquilizarse.
Un caballo con buena salud puede ser montado hasta bien entrados los 20 años.
Temperamento
Por su temperamento las razas se dividen en:
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Caballos de sangre fría: son aquellos de temperamento muy tranquilo, por lo general este tipo de caballos son de razas pesadas como el percherón, clydesdale, etc.
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Caballos de sangre tibia: son conocidos comúnmente como warmblood, son razas obtenidas del resultado de la cruza de caballos de sangre fría con caballos de sangre caliente. Obteniendo de los primeros su tranquilidad y docilidad y de los segundos su agilidad y ligereza. Los más conocidos son los de origen alemán (hanoveriano, westfaliano, trakener, etc.), pero existen warmbloods de otros países.
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Caballos de sangre caliente: son caballos de temperamento alerta y nervioso. Tres de las razas características de este tipo de caballo son el árabe, el pura sangre inglés y el pura raza española.
Aires
Se llaman aires a las diferentes formas de desplazarse que tiene el caballo. El caballo tiene tres aires naturales: paso, trote y galope. Se denomina bípedo al apoyo conjunto de dos pies.
Se denomina tranco al ciclo de pisadas, desde que apoya un pie hasta que lo vuelve a apoyar. Cada secuencia nos marca un tranco del caballo en cada aire.
Paso
El paso es el aire más lento, con cuatro tiempos. El caballo en este aire avanza en bípedo diagonal (es decir, avanza a la vez la mano izquierda y el pie derecho, y luego viceversa). Es un aire marchado, pues siempre hay algún pie apoyado en el suelo, y simétrico, porque el movimiento del bípedo diagonal izquierdo se repite de manera idéntica en el bípedo contrario. Se calcula que su velocidad media es de 6 a 7 km/h en un caballo de estatura media.
Trote
El trote es un aire más rápido que el paso, de dos tiempos, simétrico y saltado (porque en un momento determinado, el caballo queda en suspensión, sin ningún pie apoyado en el suelo). El trote puede ser de trabajo (a buen ritmo), reunido (un aire cadenciado, lento y elevado) o largo (en el que el caballo alcanza la mayor amplitud de tranco; no por ello es el más rápido). Hay dos formas de montar al trote:
• Trote sentado: en el cual, mientras el caballo va trotando, el jinete mantiene las posaderas en el asiento, y debe seguir el movimiento del caballo con la cadera.
• Trote levantado: mientras el caballo trota, el jinete se va levantando al mismo tiempo que él, en un momento en que el animal le impulsa hacia arriba. Para hacer bien el trote levantado (lo que se llama «trotar a la mano») siempre hay que fijarse en que, cuando el hombre se eleva, coincide con el momento en que el pie exterior del caballo se levanta también.
Se calcula que la velocidad media del trote es de casi 15km/h en un caballo de estatura media.
Galope
El galope es el aire más rápido, pero el caballo se agota antes y no tiene independencia respiratoria. La velocidad máxima que alcanza un caballo al galope es de 65 km/h. Al apoyar las manos en el piso, está obligado a expulsar el aire y por ello no puede acelerar su frecuencia respiratoria a voluntad. Es el único aire asimétrico (tiene tres tiempos, durante el cuarto se encuentra en el aire).
El caballo puede galopar «a mano derecha» o «a mano izquierda». Galopar a las diferentes manos les permite girar cómoda y equilibradamente al lado (o mano) al que galopan. Se calcula que la velocidad media del galope es de aproximadamente 19 o 20 km/h en un caballo de estatura media aunque caballos entrenados para la carrera pueden alcanzar velocidades superiores.
Patrones de sueño
Los caballos son capaces de dormir tanto de pie como tumbados. Pueden echar un sueño ligero de pie, debido a que pueden bloquear la articulación de la babilla sin tener que sostener su peso con los músculos, aunque necesitan tumbarse para alcanzar el sueño profundo, el estado REM.
Los caballos duermen mejor cuando están en grupo debido a su tendencia natural de hacer turnos y que siempre haya alguno haciendo guardia por si apareciera un depredador. Un caballo que está solo no dormirá bien ya que su instinto le hace permanecer alerta ante cualquier posible peligro.
Al contrario que los humanos los caballos no duermen de forma continua, sino dividiendo el periodo de sueño en pequeños bloques.
Descansan de pie de cuatro a quince horas diarias, aunque sólo se echarán a dormir durante unos pocos minutos varias veces durante ese periodo. El tiempo total de sueño en un periodo de 24 horas puede oscilar entre varios minutos a un par de horas, la mayoría en intervalos cortos de unos 15 minutos cada uno.
Aunque sólo necesitan tumbarse una o dos horas cada pocos días para alcanzar sus requerimientos de sueño REM mínimo.
Si no se permite a un caballo tumbarse, tras varios días mostrará síntomas de sueño, y en algunos casos raros puede caerse mientras entra involuntariamente en el sueño REM estando de pie.
En la actualidad la mayoría de los caballos son utilizados para prácticas deportivas gracias a sus condiciones. Es utilizado para practicar deportes ecuestres como el salto, la hípica, el polo, la doma clásica, la charrería, el rodeo, el pato, la doma vaquera, el horseball, enganches, el raid, el concurso completo, el cross, el coleo, etc.
Situación actual
En 2007 la población mundial de caballos se estimó en más de 58 millones de animales, de estos más de 9,5 millones estaban en EEUU, le seguían China con 7,4 millones, México con 6,6 millones, Brasil con 5,7 millones, Argentina con 3,5 millones, Colombia con 2,5 millones, 2 millones en Mongolia, en Etiopía 1,65 millones, Rusia 1,3 millones, Kazajistán 1,1 millones, Rumanía 850 mil, Ucrania 600 mil, Alemania 500 mil y Francia 400 mil.
Los países con menos caballos son Guam con 20 y Granada con 30. Algunas fuentes estiman la población en 75 millones, siendo China la que tiene más, 10 millones. Sin embargo, según la mayoría de los estudios la población équina se ha reducido desde su punto máximo en 1961, cuando eran 61 millones.
(Fuente: Wikipedia)
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