Esto es así porque las características que popularmente se utilizan para distinguir a las ranas de los sapos no son las mismas que se utilizan en la clasificación científica. Según la cultura popular, se diferencian en que las ranas tienen la piel lisa y húmeda, mientras que los sapos tienen la piel áspera y seca y son más caminadores que saltadores, de ahí que sus patas sean más cortas.
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Los bufónidos se encuentran naturalmente en todos los continentes con excepción de Australia, en donde han sido introducidos y Antártica.Se los encuentra en cualquier parte del mundo, excepto en las regiones árticas y en las zonas desérticas más áridas.
Los bufónidos carecen de dientes y tienen glándulas parotoides en la parte de atrás de su cabeza. Estas glándulas contienen diferentes toxinas que tienen diferentes efectos.
El sapo, con una coraza gruesa y con dientes, fue una anfibio tan extraordinario que incluso podría haber devorado a dinosaurios recién nacidos, según los paleontólogos.
Por sus características tan novedosas, los científicos, encabezados por el paleontólogo David Krause, de la Universidad Stony Brook, en Nueva York, lo han denominado 'sapo diabólico'.
Los investigadores, que descubrieron los huesos del sapo gigante en el noroeste de Madagascar, creen que este anfibio pertenece a la familia de sapos que vive hoy en día en América del Sur."Este sapo, si tuvo las mismas costumbres que los sapos de la misma familia de anfibios en América del Sur, era bastante voraz. Es incluso posible que haya devorado mamíferos, ranas más pequeñas y, teniendo en cuenta su tamaño, hasta dinosaurios incubados", explicó Krause.
Como todos los anuros, sufren una metamorfosis durante su desarrollo. Comienzan su vida como renacuajos con su cuerpo similar a un pez, sin patas, con aletas y respirando a través de las branquias. Durante su metamorfosis, las aletas se convertirán en patas, desaparecerá la cola y la respiración pasará a ser pulmonar
*(PD / EFE).- Un grupo de paleontólogos han descubierto en Madagascar el fósil de un sapo gigante que mide 40,6 centímetros y pesa 4,5 kilogramos y que vivió hace unos 70 millones de años entre los dinosaurios en África, según un artículo publicado en la revista científica 'Proceedings of the National Academy of Science'.
El sapo, con una coraza gruesa y con dientes, fue una anfibio tan extraordinario que incluso podría haber devorado a dinosaurios recién nacidos, según los paleontólogos.
Por sus características tan novedosas, los científicos, encabezados por el paleontólogo David Krause, de la Universidad Stony Brook, en Nueva York, lo han denominado 'sapo diabólico'.
Los investigadores, que descubrieron los huesos del sapo gigante en el noroeste de Madagascar, creen que este anfibio pertenece a la familia de sapos que vive hoy en día en América del Sur."Este sapo, si tuvo las mismas costumbres que los sapos de la misma familia de anfibios en América del Sur, era bastante voraz. Es incluso posible que haya devorado mamíferos, ranas más pequeñas y, teniendo en cuenta su tamaño, hasta dinosaurios incubados", explicó Krause.
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