Es originario del valle del Perche, en Francia, y entre los caballos de tiro es el más conocido en todo el mundo. Es producto del cruzamiento entre caballos árabes y normandos.
De las razas equinas es una de las más grandes pues puede medir hasta 1.70 metros de altura en la cruz. El peso de los ejemplares de mayor tamaño es de 800 a 1.000 kilos.
En las Cruzadas, la casta del percherón se reconoció ampliamente como excelente por su fuerza y entereza, así como por su belleza característica y estilo.
Se dice que en 1823, un caballo llamado Jean le Blanc se cruzó con una yegua en Le Perche y todos los descendientes de Percheron se remontan directamente a este caballo. Se considera a Jean le Blanc como el semental fundador de la raza percherona.
Es el animal favorito para las labores del campo. Tras la Segunda Guerra Mundial, con la introducción del tractor en la granja moderna hizo que la raza casi se extinguiese. Cuando América se modernizó y mecanizó, el percherón fue casi olvidado. Actualmente se lo utiliza también como caballo de enganche en las ciudades y para los desfiles.
También es popular para los torneos medievales y las ferias renacentistas.
La cabeza es grande y la cola larga. Cuerpo ancho, patas cortas y robustas. A pesar de su fuerza es un animal dócil y cumple fielmente con su tarea de traccionar equipos pesados como arados. Afortunadamente para él, ahora se utilizan tractores pero aún hay muchos lugares en los que estos “nobles brutos” no han sido reemplazados por la maquinaria moderna. Ha sido y es abundante en Francia, Gran Bretaña, Estados Unidos, Argentina, Canadá y Australia.
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2 comentarios:
lo de "afortunadamente para el se usan tractores" es su perjuicio, deberia de decir desafortunadamente para el, pues los animales estan con los hombre cuando le son útiles, si no estan llamados a desaparecer, como ejemplo los burros, las mulas y un largo etcetera que algunos salvamundos ecologistas quieren quitar el trabajo a los animales. Los animales estan contentos de ser animales y colaborar con el hombre y eso no es maltrato.
Gracias Juan Carlos por el comentario. Posiblemente tienes razón, porque viendo a estos animales parecen hechos para trabajar. En mi juventud viví en el campo y trabajé con ellos. Son muy nobles y les tengo mucho afecto. Lo ideal sería que aunque se utilicen tractores, estos espléndidos caballos no desaparezcan por la acción, o no acción, del hombre. Un saludo.
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