ORDEN: Artiodáctilos
FAMILIA: Bóvidos
GENERO Y ESPECIE: Antilocapra americana
También llamado berrendo, el antílope americano es el único representante actual de su familia, aunque hasta principios del Pleistoceno contaba con numerosas especies. Con el paso del tiempo, todos se extinguieron por diversas causas, dejando al berrendo actual como único vestigio de su presencia.
El berrendo es propio de Norteamérica. Se lo encuentra desde el sur de Canadá, a través del oeste de los Estados Unidos, hasta el norte de México. El hábitat característico de estos animales son los espacios abiertos, como llanuras herbáceas y semidesiertos.
Pese a que son llamados antílopes americanos no son verdaderos antílopes. Presenta un marcado dimorfismo sexual. Los machos, de mayor tamaño, tienen un peso de 45-60 kg, mientras que las hembras pesan entre 35 y 45 kg. Difiere del resto de rumiantes de cuernos huecos por tener estuches córneos caducos.
Ambos sexos poseen cuernos curvos y dirigidos hacia atrás que mudan cada año, como los ciervos, pero nunca se desprenden de la base ósea que hay bajo la superficie córnea. Estos cuernos son más grandes y están ramificados en los machos (125 a 450 mm), mientras que las hembras los tienen cortos y sin ramificaciones (25 a 150 mm). Ambos poseen una corona de pelo en la base de los cuernos y una crin de color negro.
La forma del cuerpo recuerda a los antílopes, ya que al igual que ellos, tienen el lomo a mayor altura que los hombros. Sus extremidades son delgadas y largas y no tienen dígitos laterales. Un elemento característico de esta especie, es la presencia de una gran mancha blanca alrededor de la región caudal, está presente en machos, hembras y crías, el pelaje en esta zona se eriza cuando el animal presiente algún peligro, sirviendo de advertencia a otros miembros del grupo.
En la parte del cuello sobresalen dos bandas blancas localizadas una a la altura de la garganta y otra debajo de ella. Existen bandas de pelo oscuro en nariz, frente, carrillos, parte posterior del cuello y dorso de la cola.
Las patas tienen cuatro dedos, aunque caminan sobre dos.
Se alimentan durante gran parte del día de hierbas, arbustos, musgos y en ocasiones incluso cactus. Los berrendos se mueven en grandes grupos, a veces en manadas de cientos de animales, especialmente en verano. Los integrantes de estas manadas son siempre hembras con sus crías y machos jóvenes. Los machos adultos o viejos suelen ser solitarios o viven en pequeños grupos, aunque a veces pueden formar también rebaños formados únicamente por individuos masculinos.
En otoño, los machos en edad reproductora compiten entre sí luchando cabeza contra cabeza con el fin de ganarse el derecho a reproducirse. Al contrario que en muchos otros ungulados, los machos no abandonan las manadas de hembras y jóvenes tras la época de celo, sino que se unen a ellas durante todo el invierno siguiente.
Tras 230 días de gestación, las hembras paren una cría (si es su primer parto) o dos en el mes de junio. Estos pequeños son de color gris y pesan de 2 a 4 kg. Inmediatamente tras el parto, las hembras separan a sus crías y las esconden entre la maleza, aunque se mantienen vigilantes en las zonas próximas y acuden regularmente para darles de mamar.
El crótalo vibra en el aire, con el silbido siniestro que precede al ataque de la cascabel. Pero el ataque no se produce. Las patas del antílope americano se levantan y encogen hacia arriba. Cuando caen a tierra, el doble golpe cortante parte por la mitad el espinazo del reptil.
La cascabel coletea, y el antílope continua martilleando con sus patas delanteras, en rítmico movimiento. Levanta el cuerpo, repliega las patas y las distiende en la caída, para aumentar el impacto. En poco tiempo, la víbora se transforma en una masa informe y sanguinolenta.
Esa técnica de lucha tiene la misma eficacia mortal con otros animales mayores y más peligrosos, como coyotes, águilas y zorros. Los cuernos, que en los machos están equipados con espolones internos y llegan a treinta centímetros, raramente son usados y casi nunca los necesitan.
Pero, si llegan a emplear esas armas, el antílope americano lo hace generalmente con golpes fulminantes. Hasta llega a matar osos.
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