ORDEN: Artiodáctilos
FAMILIA: Tayasuidos
GENERO Y ESPECIE: Tayassu pecari
Conocido también como coyámel, pecarí barbiblanco, huangana, cafuche, chacure, senso, ó tropero, el pecarí labiado tiene una altura promedio en la cruz de 55 cm y una longitud de 1 m, caracterizándose por una mancha clara en la base de la boca ó en torno a los labios. De todas las especies de pecaríes ésta es la que más prefiere la fronda cerrada y los ámbitos perhúmedos.
LEEMOS SOBRE EL PECARI LABIADO
Cuando la manada es numerosa (a veces llega a 200 animales), no hay espesura que detenga su avance; los pecaríes abren anchos senderos en los matorrales que atraviesan, trasponen llanuras pantanosas, cruzan a nado ríos, avanzan, avanzan y avanzan. ¿Hacia dónde? Nadie lo sabe. Parece que el pecarí es un animal emigrador que, de tanto en tanto, emprende largas marchas.
Lo que sí se sabe es que nadie puede interponerse en su camino sin arriesgar la vida. Pero, en compensación, resulta fácil esquivar el peligro: basta con trepar a algún árbol bajo o aún subirse en un tronco caído. Al igual que los cerdos, los pecaríes labiados y los de collar (sus parientes menores), no pueden torcer el pescuezo hacia arriba ni subirse a ninguna cosa.
Más pequeño que un cerdo (apenas si llega a un metro de largo), se diferencia de éste en varios aspectos, pero presenta hábitos alimentarios muy parecidos. Es decir, come de todo: frutas, raíces, gusanos, insectos, y hasta animales grandes. Aunque en rigor no es un animal cazador, ataca y devora víboras de hasta cinco metros de largo.
Existe otro chancho de monte similar al pecarí labiado; es el llamado pecarí de collar. La diferencia que los distingue netamente es que el pecarí labiado presenta pelos blancos en la quijada, y el pecarí de collar en el pescuezo.
Las crías de pecarí (siempre dos, que nacen con un pelo color rojizo) comienzan a trotar detrás de la madre horas después de salir del vientre materno..
Las piaras hambrientas de pecaríes destrozan las plantaciones de maíz y sólo comen los marlos caídos.
Sufre la depredación del jaguar y con menor frecuencia, del puma. Estos felinos no enfrentan a las piaras numerosas sino que las siguen hasta poder atacar a algún rezagado. Esta especie está considerada como en peligro de extinción, debido principalmente a la cacería indiscriminada y a la pérdida de su habitat por la deforestación
Cuando son atacados por perros, los pecaríes aceptan la lucha y logran matar algunos perros a dentelladas. Pero para herirlos, no muerden a sus enemigos, porque sus dientes se proyectan hacia afuera, aun con el hocico cerrado. Les basta con dar golpes laterales con la cabeza.
Distribución. Desde México hasta el oeste de Ecuador y norte de Argentina. Se localiza desde las tierras bajas hasta los 1.900 metros sobre el nivel del mar.
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