Aves - Carbonero (Parus caeruleus)

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CLASE: Aves

ORDEN: Paseriformes

FAMILIA: Páridos

GENERO Y ESPECIE: Parus caeruleus

Es uno de los pájaros de mayor colorido de Europa: su librea azul, verde, amarilla y blanquinegra es inconfundible. Ave ampliamente distribuida por el continente europeo, norte de África y Oriente Medio, se conocen varias subespecies.



 Habita en los árboles de hoja caduca y suele evitar los bosques sombríos de coníferas. Desde febrero la cavidad del nido, frecuentemente muy estrecha, es elegida y defendida contra los otros parus.

Se alimenta de pulgones, orugas y otros insectos. También algunos frutos, granos y semillas.

Leemos sobre el CARBONERO

La nieve que cubre los árboles comienza a derretirse, el agua de los ríos rompe la capa helada que recubre toda la superficie. Los primeros brotes verdes comienzan a asomar en la blancura del paisaje. Es la primavera que vuelve, la naturaleza que renace en la campaña europea. 

Entre los colores más vivos están los del carbonero, pájaro de plumaje casi tan colorido como el de algunos papagayos. Como es en primavera que se forman las parejas, los carboneros están inquietos y alborozados. 

Para impresionar a la hembra, el macho ejecuta vuelos planeados en distintas direcciones, realiza acrobacias y graciosos movimientos de ostentación. Aun cuando se posa ejecuta contorsiones que divierten mucho a los ocasionales espectadores. 

Pero cuando llega el momento de resolver sobre la necesidad práctica del nido, ni el macho ni la hembra logran gran cosa. El nido es siempre improvisado en alguna cavidad, principalmente las que son obra del hombre. 

Algunas parejas ni siquiera hacen eso: ocupan, simplemente, el nido abandonado de otra ave, como el cuervo o a garza.

En el nido, el macho y la hembra se turnan para empollar los ocho o diez huevos de la postura: cuando sale a comer, el otro permanece incubando. Más o menos del tamaño de un gorrión, el carbonero es un pajarito igualmente adaptado a las ventajas y peligros de la proximidad humana, donde haya refugio y alimento. 

El nido del carbonero es un amontonamiento de paja y ramitas. Sólo ofrece abrigo porque lo hacen en agujeros de paredes, faroles y refugios improvisados.

La proximidad del hombre ofrece también otras ventajas al carbonero. Algunos aprenden a sacar la tapa de las botellas de leche, para comer la capa de crema que generalmente suele acumularse allí.

Por diversión, los niños cuelgan a veces un hilo con pedacitos de grasa o maní para atraer a los carboneros. Después contemplan alegremente el suave balanceo de esas aves posadas en el cordel.

Durante el rigor del invierno, bandadas de carboneros se refugian en casas donde normalmente no osan penetrar. Aunque son aves mansas, los moradores las ahuyentan, pues ensucian y causan desorden.

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