ORDEN: Ortópteros
FAMILIA: Gríllidos
Los gríllidos son una familia de insectos ortópteros de la superfamilia Grylloidea, dentro del suborden Ensifera. A esta familia pertenecen insectos conocidos vulgarmente como grillos.
Son, por lo general, insectos de color marrón a negro, con hábitos nocturnos. Algunas especies se encuentran en las casas, los grillos domésticos, por ejemplo.
Los grillos están emparentados con las langostas (saltamontes). Sus patas están adaptadas al salto, sin embargo saltan menos que los saltamontes, lo que los hace más torpes. A cambio, corren por el suelo con rapidez.
Excavan una madriguera en el suelo, que consiste en una galería de más de medio metro, y que termina en una habitación esférica. La entrada a su madriguera la mantienen limpia en una gran extensión, ya que la utilizan para zona de "canto" y así atraer a las hembras (sólo los machos cantan).
Para producir el sonido tan peculiar de estos insectos, levantan ligeramente sus alas (que han perdido su función de vuelo) y las frotan una contra la otra. Las hembras son capaces de captar este sonido gracias a que, como la mayoría de los ortópteros, poseen órganos timpánicos.
Su régimen alimenticio es omnívoro: comen tanto hojas y tallos como insectos. Las hembras se diferencian de los machos, en el caso del grillo común (Acheta domesticus) porque son de color más oscuro, sus alas son lisas y poseen un apéndice (el ovipositor) en el extremo del abdomen que le permite poner sus huevos bajo tierra introduciéndolo éste mientras efectúa la puesta.
El grillo es un insecto territorial muy agresivo contra sus congéneres con los cuales entabla combates, siendo frecuente encontrar ejemplares (sobre todo machos) a los que les falta una o varias patas o con las alas destrozadas por las mandíbulas de un rival. Esta costumbre territorial los ha hecho famosos en Tailandia donde los habitantes locales suelen realizar combates de grillos en pequeños recipientes e incluso realizan apuestas.
Leemos sobre EL GRILLO
Frente al campo cubierto de nieve, el hombre escucha cantar un grillo a distancia, mientras observa su reloj. Valiéndose de estos elementos, efectúa un cálculo que le permite determinar cual es la temperatura del ambiente.
¿Cómo es que un grillo permite al hombre "leer" la temperatura en un reloj común? Por la exactitud con que varía la frecuencia del canto del grillo, en función de la temperatura. En el Oecanthus niveus, del norte de Estados Unidos, esa precisión es tan rigurosa que, para obtener la medida de la temperatura, basta contar el número de estridencias que el grillo produce en quince segundos, y luego agregarle cuarenta.
La suma es igual al número de grados Fahrenheit. Pero el problema reside en identificar el canto del Oecanthus niveus, pues existen unas 1.500 especies de grillos, todas sonoras. De manera general, la frecuencia del canto es inversamente proporcional al tamaño del insecto. En las especies mayores, el sonido es de apenas unos 1.500 ciclos por segundo; en las menores el sonido es mucho más agudo, unos 10.000 c/s.
Para producir su canto, el grillo restriega las alas delanteras con sorprendente velocidad, efectuando hasta 150 movimientos por segundo. Cada tipo de mensaje tiene su ritmo propio.
Los órganos auditivos de los grillos, muy sensibles y capaces de una precisa orientación, están situados en las patas anteriores. Las crías, del tamaño de pulgas, saltan por el pasto ya en su primer día de vida.
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