ORDEN: Psitaciformes
FAMILIA: Psitácidos
Varios géneros y numerosas especies
Basta que uno solo se asuste, para que la bandada entera levante vuelo, enn una ruisosa reacción en cadena, marcada por chillidos discordantes y ensordecedores. El colorido revuelo de los loros puede constituir, por sí, todo un espectáculo.
Sin embargo, es cuando están posados que se pueden observar algunas de sus más significtivas características de adaptación. Las garras y el pico, por ejemplo, actúan coordinados en sus principales actividades. Esto se puede verificar cuando el loro trepa verticalmente por un tronco o cuando se posa en una rama.
El pico curvo lo ayuda a hacer equilibrio y afirmarse. Cuando come frutas, la mayoría asegura el alimento entre las garras prensiles, mientras arranca pedazos con el pico.
No se sabe con precisión cuánto viven en libertad estas aves, pero en cautiverio algunas llegan hasta los ochenta años, y aún más tiempo.
Con el fuerte pico y las garras agudas, el loro del paraíso excava termiteros para hacer su cueva. Al fin de un largo túnel, el ave abre una cámara, donde pondrá y empollará los huevos. Para aislarse de los insectos, durante la incubación, el loro revoca cuidadosamente las paredes del túnel y de la cámara.
La especie más común de loro australiano, quizás sea la de los melopitecos, de siete centímetros de largo como promedio. Aunque se congregan siempre en bandadas, nunca se separan de su pareja. La unión dura décadas, debido a la longevidad de las aves.
El tricoglosso, común en las islas Molucas, es uno de los papagayos de Oceanía de más vivo colorido. Su preferencia por los alimentos azucarados lo lleva a lamer el néctar de las flores, con su lengua áspera y cilíndrica. Las bandadas suelen hacer incursiones en los frutales, arruinando, así, cosechas enteras.
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