También se lo conoce, dependiendo de la especie, como quirquincho, cusucu, pichi (en Chile) mulita, tatú, torche, pirca, peludo (en Argentina) y cachicamo (Colombia y Venezuela).
Sus pequeños ojos contrastan con los pabellones auditivos, grandes y móviles. El oído y el olfato están muy desarrollados en esta especie, pero no asi la vista, que apenas capta las formas estáticas.
Las placas óseas cubiertas por escudos córneos de este animal de patas cortas y cola larga, le permiten enrrollarse formando una bola y así protegerse de sus atacantes.
Las patas, rechonchas y fuertes, adaptadas para excavar, están provistas de garras.
La cabeza es larga, con un hocico puntiagudo que usa para hozar en busca de alimento.
Los dientes son estructuras cilíndricas simples y uniformes, sin esmalte y con raíces abiertas y crecimiento continuo; su número es muy elevado, hasta 25 en cada mandíbula.
Machos y hembras de armadillos poseen glándulas anales que segregan una sustancia de olor almizcleño muy perceptible. Durante la época de celo, las hembras exhalan un olor particular. Los machos pueden llegar a enfrentarse por una hembra, propinándose patadas y golpes hasta que uno de ellos huye.
La reproducción de los armadillos es única entre los mamíferos, pues todos los miembros de la camada (por lo general cuatro) son gemelos, de modo que tienen el mismo sexo y son idénticos.
Los recién nacidos son como adultos en miniatura, aunque su caparazón es aún débil y presenta un color rosado. La madurez sexual la alcanza hacia los dos años, y puede llegar a vivir entre 12 y 15 años.
Los armadillos son nocturnos y cavadores. Son insectívoros y omnívoros necrófagos propios de la zona tropical Centroamérica y Sudamérica.
Su caparazón es usado para la elaboración de charangos, los cuales tienen un gran valor comercial.
Una defensa eficaz
En caso de peligro el armadillo se aplasta contra el suelo, ofreciendo sólo el duro caparazón. Algunas especies tienen en las patas unas escamas en espolón que emplean para anclarse firmemente al suelo y evitar que se les pueda dar la vuelta. Además, cuando se asusta, el armadillo puede dar un gran salto, en un acto reflejo. Otra estratagema es la de enroscarse formando una bola.
La carne sirve para consumo humano y dado su sabor es conocido como el “siete carnes”, pues se asemeja a la de pollo, conejo, o cerdo. Los campesinos suelen deshuesar el animal y preparar la carne dentro del caparazón para consumirla asada, frita o en guiso. Después de freír el caparazón, se mastica de manera semejante al chicharrón o cuero del cerdo.
El caparazón y la cola son utilizadas para prácticas medicinales; se dejan tostar y se muelen hasta quedar en polvo, el cual es hervido en agua para ser bebido por mujeres “primerizas”, o que pasan por su primer embarazo, y curar las molestias que éste causa. Además, cura la inflamación y el dolor de oído, y mezclado con la grasa misma del armadillo; cura las varices.
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