Aquí se me puede apreciar de cuerpo entero.
Con el pico filtro del agua las sustancias comestibles que voy acumulando en bolsas maxilares. Luego mastico con parsimonia los alimentos.
En la madriguera, excavada a unos 40 centímetros de profundidad, la hembra pone los huevos -dos o a veces tres- y los incuba durante dos semanas arqueando el cuerpo de manera tal que las crías encuentren enseguida las zonas mamarias.
Tengo buena vista y un oído muy agudo. Estoy sumergido el mayo tiempo posible y busco los insectos que me alimentan en el lodo y la vegatación de las orillas. (Más datos en Ornitorrinco 3).
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