Los machos, poseemos en la cara medial de las rodillas posteriores, espolones conectados a glándulas venenosas, empleados durante los combates que tienen lugar en la época de celo.
El veneno puede causar serios problemas a un humano, e incluso llega a matar a un perro.
La cópula sucede en el agua después de un complicado cortejo nupcial que termina con la pareja nadando unida describiendo círculos lentamente, mientras el macho sujeta con el pico la cola de la hembra.
Hasta que no han cumplido los cuatro meses de edad, las crías no abandonan el nido. Alcanzan la madurez sexual alrededor de los dos años. En cautividad, pueden alcanzar los diecisiete años.
En el pasado, el hombre nos cazaba por la calidad de nuestras pieles, pero actualmente estamos bastante protegidos.
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