Puedes acceder a un GLOSARIO de algunos términos que se encuentran en estos textos.
* El 23 de abril de 2013 llegamos a los dos millones de visitas*

Valora este blog

31 de agosto de 2011

Insectos - Cigarra o chicharra

CLASE: Insectos
ORDEN: Hemipteros
FAMILIA: Cicadidae


Los cicádidos (Cicadidae), conocidos popularmente como cigarras o chicharras, o cícadas en su etapa ninfal, son una familia de insectos del orden Hemiptera. Tienen pequeños ojos muy separados en la cabeza y cuatro alas transparentes o translúcidas.


Son miles las especies de cigarras de la familia Cicadidae presentes en todos los continentes, con excepción del antártico. Los entomólogos trabajan y discuten sobre su clasificación en subfamilias y tribus.



Miden entre 15 y 65 milímetros de largo. Poseen un "pico" largo para alimentarse de savia de los árboles y otras plantas. Tienen un desarrollo vital completo que dura de 2 a 17 años, según la especie.

Las alas anteriores son grandes y muy visibles, mientras que las posteriores son más pequeñas y quedan ocultas cuando no está volando. Las cigarras pueden vivir tanto en climas templados como tropicales.


LEEMOS SOBRE LA CIGARRA

Durante las horas estivales, cuando el sol abrasa los campos resecos y todos los seres vivientes se guarecen bajo el techo o el follaje, la cigarra empieza a cantar. Su monótono e insistente estridor se propaga por los campos en un coro de innumerables voces, como si quisiera advertir al campesino del momento de la siega.


Este canto se prolonga durante todo el verano, interrumpiéndose en las tormentas, o cuando sobreviene frío. A principio del otoño y con la llegada de las lluvias, el canto de la cigarra se apagará, y con él terminará el verano.


Durante el verano la hembra pone los huevos (de 4 a 12) en los tallos de las plantas herbáceas o en ramitas secas, encerrándolos en pequeñas celdillas.



De los huevos que se abrirán a fines del verano, nacen las larvas que, poco después y luego de experimentar las primeras transformaciones, se entierran. Por su conformación, que es todavía muy diferente de la que tendrá el insecto completo, los zoólogos asignaron a esos seres diminutos el nombre de “ninfas”.



La ninfa quedará bajo tierra durante todo el invierno, alimentándose con la savia de las raíces. En el ínterin, su aspecto y su estructura interna experimentarán grandes cambios y, ya en primavera, saldrá a la superficie, adhiriéndose al tallo o a las hojas de las’ plantas; allí esperará su última transformación.


Cuando, finalmente, por una hendidura dorsal de la cutícula sale el insecto perfecto, el verano no está lejos. La cigarra inicia así su breve vida que se extinguirá antes de llegar el otoño.


El insecto macho es el que canta y sus órganos musicales están situados a ambos lados del abdomen. Esto le permite cantar y alimentarse al mismo tiempo. Muy voraces, las cigarras ponen todo su empeño en perforar la corteza de las plantas, para sorber la savia de las mismas (su órgano bucal se adapta a esa modalidad). De este modo, las cigarras tienen siempre alimento abundante a su disposición.


En la antigua Grecia las cigarras eran muy apreciadas y los atenienses las encerraban en pequeñas jaulas deleitándose con su canto. El órgano sonoro que se halla en la Cicada plebeius está formado por dos cavidades verticales situadas en la parte inferior del abdomen.
(Fuente: portalplanetasedna.com)


*

29 de agosto de 2011

Yak (Bos grunniens ó Bos mutus)

CLASE: Mamíferos
ORDEN: Artiodáctilos
FAMILIA: Bóvidos
GENERO Y ESPECIE: Bos grunniens

El yak (Bos mutus o Bos grunniens) es un bóvido de gran tamaño y pelaje lanoso, nativo de las montañas de Asia Central y el Himalaya, vive en las altiplanicies esteparias y fríos desiertos del Tibet, Pamir y Karakórum, entre los 4000 y 6000 metros de altitud, donde se encuentra tanto en estado salvaje como doméstico.

Los yaks pertenecen al género Bos, por lo que están emparentados con las vacas domésticas (Bos primigenius).

Los ejemplares salvajes, hoy escasos, son animales gregarios de pelo invariablemente largo (sobre todo en la zona abdominal, donde puede llegar hasta el suelo), denso y negro que cuelga a ambos lados del cuerpo y también de las extremidades, con una joroba sobre los hombros y cuernos largos de un metro de longitud. La cola es peluda a partir de su misma base y lleva en su extremo un gran mechón.

Los machos, más grandes que las hembras, pueden llegar a los dos metros de altura en la cruz y pesar hasta 1000 kilos. Las pezuñas poseen una amplia superficie de apoyo, mientras que las pezuñas secundarias rozan el suelo mientras escalan. Las hembras tienen dos pares de mamas. El cuerpo del yak es alargado, lo cual se debe, en parte a que posee un par más de costillas (en total 14) que los restantes bóvidos.


La Comisión Internacional de Nomenclatura Zoológica determinó en 2003 que los yaks, al igual que otras 17 especies domesticas, debían nombrarse como su variedad salvaje, Bos mutus, para evitar la paradoja de que los linajes anteriores, los silvestres, fueran nombrados como subespecies de sus descendientes. Por lo tanto el nombre específico que prevalece para los yaks es Bos mutus, quedando el término grunniens como nombre trinomial que designa a la subespecie doméstica.

LEEMOS SOBRE EL YAK


En la manada, están solamente las hembras y los pequeños, pues los machos pasan la mayor parte del año en andanzas solitarias por las montañas, a miles de metros de altura. Pero al llegar el mes de setiembre, cierta agitación comienza a perturbar el mundo del yak. Se acerca la época del celo, y los primeros machos empiezan a regresar a la manada.



Durante todo un mes, la hostilidad de estos, que se disputan las hembras, origina una sucesión de duelos ruidosos y sangrientos. Es una confusión de gruñidos profundos, parecidos a los de los cerdos, acompañados por el golpe seco de los cabezazos.



Y cuando los pasajes más violentos de esas disputas apenas resuenan en las montañas, algunos, empujados hacia la garganta helada de los abismos, van a caer tan hondo que ni siquiera se oye el estruendo que hacen sus cuerpos de hasta 1.000 kilos cuando se despedazan contra las piedras.




Sin embargo, fuera del período de celo, es muy raro que hagan uso de sus largos cuernos abiertos. Son herbívoros mansos y tímidos. En general, prefieren huir, a menos que salgan en defensa de la prole. Pero, como se cansan pronto de correr, debido al aire enrarecido en las cumbres, y no siempre logran esconderse, a veces se ven obligados a combatir. En estas ocasiones, se convierten en fieras.



Comportamiento


Son los ungulados que ascienden a mayor altura, pues pueden llegar a los 6000 metros sobre el nivel del mar. Se alimentan de plantas bajas y carecen de depredadores, aunque pueden sufrir el ataque (muy raramente) de los, lobos y leopardos de las nieves.



Los rebaños de yaks silvestres se componen de hembras, crias y animales jóvenes. Los machos viven en solitario o formando grupos de hasta 12 individuos. El yak permanece en los lugares que ofrezcan buenos pastos, esencialmente herbívoro, frecuenta los pastos de hierbas y líquenes; si estos escasean, inmediatamente emigran hacia otro lugar. Su buen sentido del olfato les permite encontrar siempre los lugares más adecuados.



Es un animal que distribuye su actividad al amanecer y el crepúsculo, siendo un buen escalador en terrenos rocosos abruptos y cubiertos de nieve. Para encontrarse a gusto necesita agua y le agrada además bañarse.


El período de celo empieza en septiembre, y se prolonga hasta finales de octubre. Las hembras alumbran a un ternero después de una gestación que ha durado unos 270 días. Las hembras de yak salvaje solo paren una vez cada 2 años. Alcanzan la madurez sexual al cumplir de 6 a 8 años de vida.



Los yaks se apelotonan unos contra otros durante los temporales de nieve, girando su parte trasera hacia el viento.



Los animales excitados yerguen la cola hacia arriba, como si fuese una bandera. Las manadas de lobos atacan a los yaks y capturan ante todo a los ternerillos. Por dicha causa un rebaño atacado coloca, de ser posible, a sus terneros en el centro.



Los yaks han sido domesticados desde hace 3000 años. El yak pueden cruzarse con las vacas domésticas y generar individuos fértiles produciendo más leche y de mayor contenido graso. De hecho, a esta característica se deben gran parte de las diferencias entre los yaks salvajes y los domésticos.



Estos últimos son bastante más pequeños que sus antepasados silvestres, tienen cuernos más cortos e incluso muchos yaks domésticos carecen de ellos y el color del pelo puede ser negro, pardo, castaño, blanquecino e incluso manchado de varios colores. El yak es criado como animal doméstico de las zonas frías en extensas regiones de Asia, abarcando desde Afganistán yk Bujará hasta Mongolia y norte de China.


El yak es el animal más importante en la economía de ciertas regiones del Tibet y de China. Domesticado, proporciona carne, cuero y huesos. Es, además, el principal medio de transporte en las montañas heladas.


*



23 de agosto de 2011

No estamos solos




Interesante artículo publicado en el diario EL PAIS


*

En la Tierra hay 8,7 millones de especies, según la última estimación


El 86% de las terrestres y el 91% de las marinas están aún por descubrir, describir o catalogar

ALICIA RIVERA - Madrid - 23/08/2011

Si llegasen unos extraterrestres a la Tierra, una de sus primeras preguntas seguro que sería cuántas diferentes formas de vida hay en este planeta, y "nos avergonzaría la incertidumbre de nuestra respuesta", ha dicho Robert May, eminente zoólogo de la Universidad de Oxford. Cuentan la anécdota los científicos de un equipo internacional que ha realizado la última estimación de la cantidad de especies que hay en la Tierra. Un total de 8,7 millones de especies, un 25% de ellas en el océano, podrían responder estos científicos, liderados por Camilo Mora, a los extraterrestres de May. Aunque puntualizan que su error calculado es de 1,3 millones arriba o abajo, se trata de una cifra considerablemente precisa, teniendo en cuenta que hasta ahora se situaba el número total de especies entre tres millones y cien millones. "Si no sabemos, ni siquiera por el orden de magnitud (un millón, diez millones, cien millones...) el número de habitantes de un país, ¿cómo podríamos planificar el futuro?", plantea, a modo de ejemplo, uno de los autores de la investigación, Boris Worm (Universidad Dalhousie, Canadá).

El 86% de todas las especies terrestres y el 91% de las marinas todavía no se han descubierto, descrito y catalogado, señalan Mora (investigador de la Universidad Dalhousie, en Canadá, y de la de Hawai, en EE UU) y sus colegas, que presentan su técnica de estimación de especies y los datos resultantes en la revista científica en internet Plos Biology. Desde que, hace 253 años, el científico sueco Carl Linneo creó el sistema para nombrar y describir especies que se utiliza hasta ahora, se han catalogado algo más de 1.2 millones (aproximadamente un millón en tierra y 250.000 en los océanos) y se recogen en la base de datos general; se calcula que unas 700.000 más estarían descritas y a la espera de entrar en la base de datos.

La distribución de especies entre los diferentes reinos de la vida eucariota en la Tierra es notablemente precisa: aproximadamente 7,77 millones de animales (sólo 953.434 descritas y catalogadas); 298.000 especies de plantas (214.644 catalogadas); 611.000 de hongos (43.271 catalogadas); 36.400 de protozoos (organismos unicelulares), de las que están catalogadas 8.118; 27.500 de chromistas (como las diatomeas) con 13.033 catalogadas. En total, 8,74 millones de especies en la Tierra, más casi 11.000 archaea y bacterias.

La técnica desarrollada para obtener esta estimación se basa en la observación de la jerarquía de categorías taxonómicas, desde el nivel de especies y géneros, pasando por órdenes y clases hasta phyla y reinos, explica May en un artículo complementario también en Plos Biology. Mora y sus colegas han constatado que para los eucariotas, la descripción de las categorías taxonómicas más altas es mucho más completa que en los niveles más bajos. Además, analizando los agrupamientos taxonómicos en las 1,2 millones de especies que hay actualmente en el Catálogo de la Vida y el Registro Mundial de Especies Marinas, han descubierto patrones numéricos que relacionan los niveles taxonómicos más altos con el de las especies. Estos patrones permiten hacer las estimaciones de número de especies en grupos menos conocidos y obtener una cifra total con un margen de error.

El interés por conocer el número de especies no responde a mera curiosidad científica o al deseo de quedar bien delante de un hipotético extraterrestre que visite la Tierra haciendo buenas preguntas. La cuestión del número de especies en el planeta, junto a la investigación de su distribución y abundancias, "es particularmente importante ahora, porque una gran cantidad de actividades humanas e impactos están acelerando la tasa de extinciones; muchas especies pueden desaparecer antes incluso de que sepamos que existen, de que conozcamos su nicho y función en los ecosistemas y de que podamos explorar su potencial contribución para mejorar el bienestar humano", declara Mora en un comunicado del programa Censo de la Vida Marina.

La última actualización de la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) recoge 59.508 especies, de las cuales 19.625 están clasificadas como amenazadas, señala Worm. Esto significa que esta lista, considerada la más avanzado en este ámbito, está vigilando menos del 1% de las especies del planeta.

Aunque la cifra de 8,7 millones de especies sea muy inferior a las estimaciones máximas que rondan los cien millones, el trabajo que queda por hacer conocerlas es abrumador, al menos si se pretende hacer como hasta ahora. "La descripción de todas las especies que quedan pendientes, exigiría, con los enfoques tradicionales y basándonos en costes y equipos actuales, unos 1.200 años de trabajo de más de 300.000 taxonomistas y un coste de 364.000 millones de dólares", señalan los investigadores. "Afortunadamente, nuevas técnicas como el código de barras de ADN están reduciendo radicalmente el coste y tiempo necesario para la identificación de nuevas especies".
++

22 de agosto de 2011

Reptiles - Dragón de Komodo (Varanus Komodoensis)

CLASE: Reptiles
ORDEN: Escamados
FAMILIA: Varánidos
GENERO Y ESPECIE: Varanus Komodoensis


También llamado monstruo de Komodo y varano de Komodo, es el lagarto de mayor tamaño del mundo, con una longitud media de dos a tres metros y un peso de unos 70 kg.


A consecuencia de su tamaño, son los superpredadores de los ecosistemas en los que viven. A pesar de que estos lagartos se alimentan principalmente de carroña, también cazan y tienden emboscadas a sus presas, que incluyen invertebrados, aves y mamíferos.




Su excepcional tamaño y su reputación de animal temible los convierte en uno de los animales más populares de los zoológicos. En estado salvaje son una especie amenazada; su ámbito de distribución se ha reducido debido a las actividades humanas y están catalogados como vulnerables en la Lista Roja de la UICN.

La época de apareamiento comienza entre julio y agosto y la puesta de huevos en eptiembre. Depositan aproximadamente veinte huevos en nidos de megápodos abandonados, y los incuban durante siete u ocho meses, hasta su eclosión en abril, cuando los insectos son los más abundantes.


LEEMOS SOBRE EL DRAGON DE KOMODO
Extraviado, un cachorro de jabalí vaga por lak playa, buscando a su madre, cuando súbitamente se encuentra frente a un reptil enorme, del tamaño de un yacaré mediano. El animalito intenta huir, pero sus patitas no le permiten alejarse tan rápido como quisiera.

El dragón de Komodo, moviéndose con agilidad, lo atrapa enseguida. Otro lagarto, que llega en ese instante, también aferra la presa con los dientes y, en la disputa, el pequeño jabalí es despedazado y devorado en pocos minutos, por los famélicos reptiles.

No todos los saurios son tan rápidos como el dragón de Komodo. Pero suce que los Varánidos (familia de los saurios) se caracterizan , principalmente, por el gran desarrollo de las patas. Eso les permite alcanzar gran velocidad en carrera, y hasta pueden trepar a los árboles.

Hace sesenta millones de años ya existían antepasados de este animal. Pero, en esa época, Komodo y otras islas volcánicas del Pacífico, aún no habían emergido del mar. ¿Cómo llegaron los dragones a aquellas regiones?. Nadie lo sabe y quizás nunca lo sepamos.



Como quiera que sea, el hecho de que estos lagartos vivan confinados a unas pocas islas del archipiélago de Sonda, limita bastante los estragos que produce su comportamiento depredatorio. Todos sos hábitos y características demuestran gran peligrosidad para otras especies, excepto el hombre.


Los nativos lo cazan para alimentarse con su carne y aprovechan la piel para fabricar diveros utensillos.


El dragón de Komodo es capaz de correr a gran velocidad con los movimientos serpenteantes, típico de los lagartos. A pesar de su enorme peso, escala árboles con agilidad, y dentro del agua es casi insuperable como nadador y zambullidor. Puede permanecer casi una hora en el fondo.


Raramente ataca a los animales grandes, pero si se siente amenazado, sus mandíbulas y su cola son armas temibles, solo comparables a las del cocodrilo.


El olor que emana la carne en estado de putrefacción atrae a los saurios desde muy lejos. Los ejemplares jóvenes, más ágiles y veloces, llegan primero al festín, pero los viejos pronto los ahuyhentan.


Su desarrollo evolutivo comenzó con el género Varanus, que se originó en Asia hace aproximadamente 40 millones de años y emigró al continente australiano. Hace aproximadamente 15 millones de años, una colisión entre Australia y Asia Sudoriental permitió que los varánidos se trasladaran a lo que actualmente es el archipiélago indonesio, extendiendo su distribución hasta el este de la isla de Timor.


Se cree que el dragón de Komodo se distinguió de sus antepasados australianos hace 4 millones de años. Sin embargo, pruebas de fósiles recientes en Queensland sugieren que evolucionó en Australia antes de extenderse a Indonesia. La dramática bajada del nivel del mar durante el último período glaciar descubrió extensas zonas de la plataforma continental que el dragón de Komodo había colonizado, aislándolos en su ámbito actual de distribución cuando el nivel del mar subió de nuevo.


*


16 de agosto de 2011

Saiga (Saiga tartarica)

CLASE: Mamíferos

ORDEN: Artiodáctilos

FAMILIA: Bóvidos

GENERO Y ESPECIE: Saiga tartarica

Habita en las estepas de Asia Central, desde el sur de Rusia hasta el noroeste de China y zonas de Mongolia; el mayor número de cabezas se encuentra en Kazajistán y Uzbekistán.



El saiga es un antílope de mediano tamaño, mide de 60 a 80 cm en la cruz (altura en los hombros) y pesa entre 25 y 51 kg. Su esperanza de vida es de 6 hasta 10 años. El macho es más grande que la hembra y es el único que presenta cuernos, los cuales son de color grisáceo o amarillento y miden de 25 a 30 cm.

Los cuernos tienen valor en la medicina tradicional china y es por esa razón por la que están en peligro por la caza furtiva. La nariz es ancha, larga y muy móvil, semejante a una pequeña probóscide, lo que se cree que permite al animal filtrar el polvo o calentar el frío y seco aire de las estepas que inhala. Es una adaptación al ambiente de clima continental y árido, caracterizado por fuertes fluctuaciones de temperatura.

LEEMOS SOBRE EL SAIGA
No todo es hielo y desierto en Siberia y las regiones vecinas. En la zona fronteriza entre Rusia y China, las tierras son excepcionalmente fértiles, a pesar del rigor del invierno. Tanto es así que en las estepas de Europa y Asia pueden vivir millares de herbívoros como el saiga, una variedad de antílope.


Cuando el frío comienza a hacerse sentir, hacia el otoño, los grupos comienza a reunirse en manadas de millares de cabezas. Difícilmente, entonces, podría encontrarse un saiga solitario. Aun los ejemplares más viejos, que acostumbran alejarse de sus congéneres en otras especies, entre los saigas continuan integrados al grupo, hasta el fin de sus días.



Sin embargo, un buen número de saigas no alcanza una edad avanzada. A pesar de su cornamente (las hembras no la tienen) el saiga es un animal tímido que, en su defensa, solo atina a huir. Cuando los lobos atacan, todo el grupo trata de alejarse a la carrera. Al principio, los saigas adquieren alguna ventaja, por su mayor velocidad y capacidad para dar grandes saltos, pero su aliento es escaso.

Tenaces en la persecución, los lobos alcanzan finalmente a algún ejemplar rezagado y lo despedazan en poco minutos.



Los saigas forman enormes manadas que conviven en estepas semidesiertas, se alimentan de una gran variedad de plantas, incluyendo algunas venenosas para otros animales. Además, pueden cubrir distancias considerables y cruzar a nado los ríos.


La época de apareamiento comienza en noviembre, con la lucha por la posesión de las hembras. El ganador lidera una manada de unas 5 a 50 hembras. El periodo de gestación es de 140 a 147 días. La hembra saiga se conocen por su capacidad de tener descendencia a la temprana edad de 8 meses. Lo extraño resulta que el primer parto es de gemelos, pero en adelante es único. Si la población se viera seriamente afectada, las hembras de 5 meses aceleran su madurez y alumbran gemelos de ambos sexos.



El hocico –en realidad una trompa corta y húmeda por dentro- le sirve para filtrar el aire y retener el polvo, en las tempestades de arena.

La necesidad de sal, que comen vorazmente, los induce a buscar regiones de salinas. Emigran huyendo del invierno, y un macho viejo es el encargado de conducir la manada a regiones más cálidas y acogedoras.









*

12 de agosto de 2011

Aves - Cálao (Buceros bicornis)

CLASE: Aves
ORDEN: Coraciformes
FAMILIA: Bucerótidos
GENERO Y ESPECIE: Buceros bicornis

El cálao bicorne (Buceros bicornis) es una especie de ave coraciforme de inconfundible aspecto, que habita las selvas existentes entre el noreste de la India y la península malaya, y en la isla de Sumatra. No se conocen subespecies.

Mide de 90 a 100 cm de longitud. Sus costumbres reproductivas son únicas entre las aves ya que el macho "empareda" en un tronco a la hembra mientras dura la incubación. Tiene el rostro, la espalda y la parte baja del pecho de color negro, con un brillo metálico. El cuello, el pecho superior, la parte inferior del abdomen, los muslos y la parte superior e inferior de la cola son de color blanco.


LEEMOS SOBRE EL CÁLAO

Han pasado varias semanas desde que rompieron el cascacarón. en el nido, entre la suciedad, los polluelos se muestran inquietos por salir. Hasta ese momento, ellos y su madre permanecen encerrados en el hueco de un árbol, con la entrada clausurada por una pared de barro, con solo una pequeña abertura redonda. Por ella, el macho introduce la comida, varias veces al día.


Y también entra el aire. Pero adentro, la inquietud aumenta a medida que los pequeños se sienten capacitados para volar. Por fin, derriban la pared a picotazos, para que la madre los acompañe en su primera salida.

Cuando el muro cae, se asoman y vacilan. El nido nunca está muy alto, pero aun así tienen miedo de caer. Llegan al borde de la entrada, miran, pían, y vuelven atrás. Los padres, entonces, comienzan a dar chillidos imperiodos; los pequeños toman coraje y, torpemene, se lanzan decididos a su primera aventura: volar.



Uno de sus parientes cercanos es el cálao rinocerone, llamado así por la forma curvada y puntiaguda de la cresta. Las dos especies comen de la misma manera: primero arrojan el alimento hacia arriba.


Al empollar los huevos, entre dos y seis, la hembra usa sus propias plumas como acolchado del nido. Al abandonar el nido, la hembra está gorda y con plumaje nuevo. El macho, en cambio, flaco y cansado.


Los principales alimentos del cálao son insectos y pequeños reptiles. Durante las horas diurnas permanecen arriba de los árboles, practicamente inmóvil y con la cabeza hundida entre las alas.


*

8 de agosto de 2011

Zorro marsupial (Trichosurus vulpecula)

CLASE: Mamíferos
ORDEN: Marsupiales
FAMILIA: Falangéridos
GENERO Y ESPECIE: Trichosurus vulpecula

También llamado pósum de cola de cepillo, está incluido en la lista 100 de las especies exóticas invasoras más dañinas del mundo de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.

El Trichosurus vulpecula, escaso en Tasmania y Australia, donde llegó a estar en peligro de extinción, introducido en Nueva Zelanda para la industria del cuero, ha causado un daño considerable a los bosques autóctonos cambiando su composición y estructura por la defoliación y erradicación de sus plantas alimenticias preferidas.

Es el más grande oposum marsupial visto por los ciudadanos, ya que es uno de los pocos que abundan en las ciudades, en la naturaleza y espacios modificados por el hombre.

Pese a que se parece a la cola de un zorro, la característica cola prensil está pelada por abajo. Es un animal solitario y poco sociable de hábitos arborícolas nocturnos, alimentándose de noche de vegetales, aunque no desprecia otros alimentos tanto de origen animal como pollos de aves o la corteza de los árboles.

Salta y trepa ágilmente, nidifica en los árboles, troncos huecos o agujeros en rocas o en el suelo. Es capaz de emitir silbidos y gruñidos y usa las garras delanteras para alimentarse y defenderse.



LEEMOS SOBRE EL ZORRO MARSUPIAL

Es plena noche; la luna domina el firmamento, y la zorra marsupial camina ágil sobre las delgadas ramas de un árbol. Cuando el tronco se balancea bajo su peso, se detiene; enrosca la punta de la cola y, asegurada así, extiende el hocico para engullir un brote.


Pero, cuando está comiendo, algo se mueve entre los pelos de su vientre y de pronto surge una cabecita de ojos vivos. Es el cachorro, que emite débiles chillidos. La madre lo ignora; él todavía no está en edad de comer. Antes de poder vivir en el mundo exterior debe continuar mamando, durante unas semanas más.


Mientras ella mastica el brote, el pequeño desaparece dentro del marsupio; se remece un poco y pronto se aquieta. Dentro de la bolsa, el pequeño, aferrado a una de las mamas, chupa la leche. La madre prosigue su caminata, en busca de más brotes.



En los bosques de Nueva Zelanda, donde fue introducido, existen menos carnívoros que en Australia, por eso el zorro marsupial no tiene muchos enemigos, exceptuando al hombre.


La zorra marsupial que está recorriendo los árboles solo debe temer el ataque de un varano o de un áaguila de cola larga. Siente, por otra parte -su organismo así lo advierte- que pronto comenzará a amanecer, y que es preciso refugiarse en el cubil.



Aun cuando la proximidad del hombre siempre significó peligro para el zorro marsupial, muchos se acercan a las viviendas humanas y anuncian su presencia con chillidos prolongados y muy estridentes.


Hoy, la caza del animal está limitada por severas leyes, pero hubo una época en que se lo persiguió implacablemente. Su piel era muy requerida, especialmente en Europa, y los cazadores mataban a cuantos animales podían, para exportarlas.


En cada parición nacen uno o dos cachorros, luego de una gestación de 17 a 18 días. Durante tres meses permanecen mamando dentro del marsupio; al salir se aferran al lomo de la madre.


El varano, gran lagarto carnívoro, es uno de los más peligrosos depredadoes del zorro marsupial. El reptil trepa a los árboles y caza las crías y adultos en el hueco donde se refugian; la aparición del gran lagarto los paraliza de terror y son presa fácil.

*

2 de agosto de 2011

Mejor que 1.000 palabras




Pero vamos a explicar esta escena increíble.

El último fin de semana pude ver en la televisión española una nota que me conmovió, como debe haber ocurrido con todas las personas amantes de los animales.

En ese programa, Ana Julia Torres, una mujer colombiana (algunos le llaman la Madre Teresa de los animales), cuenta quien es y qué hace: Se dedica a rescatar animales maltratados y abandonados por sus propietarios, y los lleva al que será su nuevo hogar, el refugio Villa Lorena, en la ciudad de Cali, Colombia.

En ese centro, cientos de animales de todo tamaño (leones, camellos, tigres, monos, perros, pájaros, el que sea) pasarán dignamente el resto de sus vidas recibiendo lo que muchos no habían tenido nunca: amor y más amor, gracias a esta mujer admirable.

Ana Julia dice que los animales son como sus hijos. El más famoso es un enorme león llamado Júpiter, rescatado de un circo. La manera como la fiera pasa sus patas delanteras a través de los barrotes y abraza a la mujer, es una de las escenas más conmovedoras de los sentimientos entre una bestia y un ser humano.

Cuando Ana Julia no esté más, su albuergue quizás desaparezca, pero mientras tanto, es de toda justicia que se la compare con la Madre Teresa.

(La foto fue sacada de un video que puede verse en Youtube escribiendo en el buscador Villa Lorena).


*