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11 de febrero de 2011

Alce

Apreciación visual: a la imponente cornamenta del macho se opone la carencia absoluta de cuernos en la hembra.
El alce euroasiático (Alces alces) es una especie de mamífero artiodáctilo de la familia de los cérvidos. Es un habitante original de los bosques nórdicos de Europa y Asia.
Este cérvido con la cruz levantada y más bajo en la grupa pesa entre 350 y 450 kilos y tiene una altura de 1,50 a 2,15 metros. La cabeza es grande y alargada y las patas terminan en pezuñas unidas por una membrana. De hocico chato, puede notarse que el labio superior está muy desarrollado y cuelga sobre la mandíbula inferior.

Se alimentan de hojas y de las ramitas de algunos árboles y arbustos (álamos, alisos, sauces), de plantas acuáticas y de los brotes tiernos de árboles resinosos. Sus largas patas les permiten alcanzar las hojas de las ramas altas; para obtener los vegetales acuáticos se hunden hasta la mitad en el agua, y para pacer a menudo se arrodillan.
Si escasea el pasto, el alce se zambulle en los lagos, en busca de plantas acuáticas que crecen en el fondo. Buen nadador y resistente buceador es capaz de mantenerse bajo el agua un minuto y medio.

Con los dientes rompe la corteza de los árboles y luego se vale de los fuertes labios para arrancarla en tiras.

Cuando llega el mes de abril en el hemisferio norte el aire del bosque reverdecido se puebla de olores, bullicio, vida. En medio de la campiña, un enorme alce yergue la cabeza y emite su potente mugido para llamar la atención de alguna hembra.

Pero no siempre una hembra la que responde. Para otros machos, el mugido es un desafío. Y el animal, que esperaba la llegada de una hembra, ve aparecer de repente a otro macho en actitud amenazadora. Como en la primavera todos los alces están excitados, ninguno rehuye la lucha.
Con la cabeza baja, los dos animales galopan uno hacia el otro. Los cascos se entrechocan con un estrépito cadencioso. La carrera se acelera hasta que las dos bestias chocan en una tremenda colisión que resuena en el bosque. La lucha prosigue, los dos sudando y bufando hasta que uno de ellos, completamente vencido, emprende la huída..


A medida que las parejas se unen va cesando la hostilidad entre los machos, principalmente porque en esta época pierden sus cuernos. Pero todos los años la cornamenta vuelve a crecer, cada vez más grande y más fuerte.

Duante la primavera, el verano y el otoño, los alces viven en manadas cuyo jefe es un macho viejo, pastando tranquilamente en los bosques septentrionales, pero de tanto en tanto son atacados por los lobos u otros depredadores, de los que se defiende con sus enormes cornamentas.

Los cuernos tardan unos seis años en alcanzar su pleno desarrollo: 20 kilos de peso y una abertura de casi dos metros entre las puntas.
Cuando se aproxima el invierno, agrupados en pequeños rebaños de unos diez individuos, migran hacia zonas más cálidas del sur, donde nacerán las crías engendradas nueve meses antes.
Los Alces se orientan sobre todo por el oído y el olfato; su vista es bastante débil.

Es cazado por su carne, piel y huesos, así como por deporte. Algunos científicos afirman que el alce ataca al hombre y a cualquier animal que invada su territorio, pero otros lo niegan. De lo que no existe duda es de que el alce herido constituye un peligro real para el cazador.
En ciertas regiones de Rusia el alce es domesticado, al igual que el reno, para tirar del trineo o sacrificarlo. Su cuero, huesos y cuernos proveen material para hacer utensillos. A su vez, las hembras son ordeñadas como las vacas.

La hembra está siempre atenta para proteger a su cría. Llega a defenderlos aunque estén ya muertos y durante varios días da vueltas en torno a los lugares en que fueron cazados, en un vano intento por encontrarlos.
Distribución
En la Edad Media aún era posible encontrarlos en los grandes bosques del centro y oeste de Europa; pero posteriormente fueron completamente exterminados en estas zonas. Desde hace algunas décadas, las medidas de protección han conducido a una nueva multiplicación de las poblaciones de alces, que comienzan a extenderse hacia el sur y hacia las fronteras de su antigua área de distribución, así como hacia el norte en dirección a la tundra. Se los puede encontrar en inmensos territorios de Rusia y de Polonia, y su avanzadilla alcanza igualmente a la República Checa, Alemania y Austria.

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