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26 de marzo de 2011

Aves - Petirrojo (Erithacus rubecula)

CLASE: Aves
ORDEN: Paseriformes
FAMILIA: Túrdidos
GENERO Y ESPECIE: Erithacus rubecula



Está distribuído por toda Europa, principalmente en las regiones meridional y occidental del continente, donde habita todo el año. También en Asia y Africa noroccidental. Inverna en el norte de Africa y Asia Menor.

Prefiere los ambientes boscosos, con rico sotobosque, tanto de coníferas como de caducifolios o mixtos.

Frecuentemente se encuentra también en parques, jardines y ambientes urbanos. Ama también los ambientes húmedos, con agua estancada o corriente. Se le encuentra desde la llanura hasta los 2.000 metros.

Tiene el tamaño de un gorrión (largo de 14 cm), pero es más ligero. Es distinguible por el color naranja intenso de su pecho y parte de la cabeza, sobre un plumaje grisáceo. Los plumajes estacionales son similares y no se advierten diferencias ligadas al sexo.

Los jóvenes se caracterizan por la ausencia total del rojo sobre el pecho, que está enteramente manchado de marrón y leonado. El aspecto del petirrojo es siempre redondeado y resalta el ojo grande y negro. Es relativamente confiado con el hombre, pudiendo llegar a comer de su mano, en algunos casos.

El canto es muy fuerte, musical y variado; lo emite también en invierno.

Se nutre de insectos que caza en tierra, entre el humus y bajo las hojas. En invierno se alimenta también de bayas y fruta.

LEEMOS SOBRE EL PETIRROJO

Cuando la nieve comienza a caer, el pajarito no es más que una mancha colorida en el suelo blanco. Una pizca de vida, de menos de 20 gramos, rechoncho e inquieto, gorjeando siempre con variadas tonalidades.

La mayor parte del tiempo brinca en el suelo porque es allí donde obtiene los gusanos y pequeños insectos con que se alimenta. Es el más hábil cazador de lombrices entre los pajaritos.

Muchos emigran al sur cuando las nevadas azotan las regiones más frías del norte de Europa. Algunos llegan al Africa, en esa huída del rigor invernal.

Por el mes de marzo, cuando la nieve comienza a derretirse por la llegada de la primavera, se van formando las parejas y se inicia la postura de los huevos. Pero antes de eso es preciso construir el nido. Macho y hembra cooperan en la obra. Entre el lugar elegido y el suelo, de donde obtienen el material, es necesario hacer unos mil viajes.
En cada uno se lleva una raicilla, trozos de musgo, trocitos de paja. El resultado final es una especie de calabaza, formada por esas fibras entrelazadas y una mezcla de barro y musgo. Por dentro está forrada con crines, pelos, plumas y retazos de paño suave.

Listo el nido, comienza la postura de los huevos. Algunas veces éste es construído en lugares inseguros: arbustos, latas, grietas, la parte de abajo de muebes y otras estructuras de uso humano. Cuando el nido queda expuesto así, es casi seguro que los polluelos no vivirán.

Pero cuando todo va bien, la hembra pone de cinco a ocho huevos. Mientras permanece empollando, el macho canta en su compañía, cuando no sale en busca de alimento.

Durante la primavera y hasta el comienzo del verano, la hembra habrá de incubar otras dos nidadas. En todas ellas, es el macho quien cuida solo a las crías. Al final de las tres incubaciones, la pareja habrá criado unos 15 o 20 polluelos, y con ellos regresa hacia el norte.
El petirrojo, a pesar de su diminuto tamaño, es capaza de enfrentar a adversarios mucho más fuertes, como la lechuza. Con su aspecto hostil -plumas erizadas y pico abierto-a veces ahuyenta al enemigo.
Debido a que su gorjeo tambien se escucha en invierno, su figura aparece tradicionalmente en las tarjetas de Navidad hechas en Europa.
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